Imagen: Pila para lavarse las manitas ubicada en la casa de Don Blas Infante |
Señoros y Ensañaras
Nuestra izquierda ya tiene clase. Tras el M15 los que
cantaban con el micro “Pena penita pena” ya no tienen pena, como hablábamos mi
Fernando y yo . Tras una operación de ojos y cambios de vestuario a lo Adolfo
Rodríguez, andan irreconocibles y
colocaditos. Se han mudado casi en bandada de la Alameda de Hércules a Macarena
Cartier ("quartier" es barrio, en francés), y hablan de cuidados y acción directa sin salir
de sus guetos inviolables y cumplidores, además de no preocuparse
verdaderamente de las personas ajenas. Se quejan constantemente de quien opina
distinto, y siguen pidiendo favores e ideas para ellos explotarla en sus
momentos de encuentro.
La izquierda nuestra nunca fue nuestra. Los peloponys canosos
siguen actuando como vaselina conciliadora con prejubilaciones pensionadas, y
los niños y niñas bien se hacen “criadores” y vuelven a sus familias conservadoras
tras haber jugado a ser pobres y señalados con nosotros. Siempre ha sucedido en la historia de los
movimientos. Casi
no podemos charlar si no llamamos conversatorio y te autorizan la palabra y el turno.Nos lavan con jabón superguay de ceniza e imponen crudiveganear en lo no mixto. Te
echan de sus espacios por pensar distinto y claro. Predican apoyar desahucios mientras son patronos de Emvisesa. Se unen de manera natural por apellidos y colegios. No gustan de afirmaciones
rotundas y sólo se debe hablar alto en el Dr. Bar de madrugada por prescripción alcoholírica. Estar definido en posiciones intelectuales les
cierra el diálogo y te fichan para sus listas negras como aquellas que el Psoe elabora.
Este Psoe hay y hubo clanes como coexisten ahora en nuestras minorías califales. Recelan de un dia- logos y temen a los leídos.Tienen susto en forma
de distancia cuando le eclipsan sus plataformas, asociaciones, cooperativas
moernas o asociaciones de esclavitud podemita. No le pidas empleo, pero sí colaboración y trueke.
Estos y as de las que hablo, no hablan claro ni cuentan sus
secretos pero necesitan de los tuyos. Explotan el Apoyo, la Migración, la Raza,
la Marginación, la Gentrificación, pero
no adoran su bloque ni su barrio. La ocupación y todas reivindicaciones van
acompañadas de un estúpido misterio burgués que siempre acaba en moda, postureo
o celebración superflua. Adoran los chaletes en Aracena y añoran esa vejez compartida que al final se disipa en el veletismo vital.
Quién cuenta que George Soros financia jornadas. Quién
predica transparencia en proyectos de asistencia y no dice ni mu. Quién monta
la veintiochoava plataforma y dónde planean a quién se llevan de la base. Adoran
la charla y llenar treinta asientos, y recurren a lo que necesiten para seguir lamiendo.
Ahora toca Andalucía vista por un anticapitalista. Ahora toca el Campo visto
por un urbanitas. Ahora toca verano en Cádiz: al abrigo de la gobernanza que
los coloca, alimenta y aisla de nosotros sus amigos.
Andalucía paraíso de colectivos personalistas frente a la unidad derechista. Quedan para el silencio las buenas y buenos compañeritos. Hay. Ay. Ahí.
Andalucía paraíso de colectivos personalistas frente a la unidad derechista. Quedan para el silencio las buenas y buenos compañeritos. Hay. Ay. Ahí.
Extracto. Junio 20.
Juan el Chatarrero.