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19 octubre, 2020

AKELARRE, EL PATIO 108 Y EL CALIFATO. YA TIENEN EL AÑITO HECHO LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS


 Imagen: Mano pisapapel perteneciente a Blas Infante. 



Los pijos juegan nuevamente a pankis y a las buenas las compra el Psoe. Sevilla estrena cada temporada para los 200 "moscovitas de la izquierda" una caja de juguetes para saciar sus esfogues. Esta vez un pack de bar, plataforma y musiquita al old stlyle urbanitas. Siguen buscando terrenitos para unirse sin tener ni puta idea de qué hierba tienen a un lado y otro del senderito que recorren los jueves ahora "que hace buen tiempo". La izquierda en Chevilla yace acomodaticia y desdentada. Se van uniendo al rebaño con insolidaridad insólita. No trabaja ni el tato (gran amigo), si piensa diferente a ella no sea le "jaga sombra". Les acojona que se dirijan a ellos con una opinión clara de las cosas y se centran en tu "palabra no inclusiva" y no en la humildad de tus acciones.  Como  ya comen gran parte de Adelante y de Pordetrás, se centran en proyectos mínimísimos, sus frágiles discursos son poco participados y predican una horizontalidad que huele a verticato de guante morado. 

Se alivian entre el guetto. Son manada. Inseguros. Una izquierda rancia, comprada y sin riesgo. 

 


19 junio, 2020

LA PATRONAL DE LA IZQUIERDA SEVILLANA

Imagen: Pila para lavarse las manitas ubicada en la casa de Don Blas Infante


Señoros y Ensañaras

Nuestra izquierda ya tiene clase. Tras el M15 los que cantaban con el micro “Pena penita pena” ya no tienen pena, como hablábamos mi Fernando y yo . Tras una operación de ojos y cambios de vestuario a lo Adolfo Rodríguez,  andan irreconocibles y colocaditos. Se han mudado casi en bandada de la Alameda de Hércules a Macarena Cartier ("quartier" es barrio, en francés), y hablan de cuidados y acción directa sin salir de sus guetos inviolables y cumplidores, además de no preocuparse verdaderamente de las personas ajenas. Se quejan constantemente de quien opina distinto, y siguen pidiendo favores e ideas para ellos explotarla en sus momentos de encuentro.

La izquierda nuestra nunca fue nuestra. Los peloponys canosos siguen actuando como vaselina conciliadora con prejubilaciones pensionadas, y los niños y niñas bien se hacen “criadores” y vuelven a sus familias conservadoras tras haber jugado a ser pobres y señalados con nosotros.  Siempre ha sucedido en la historia de los movimientos. Casi no podemos charlar si no llamamos conversatorio y te autorizan la palabra y el turno.Nos lavan con jabón superguay de ceniza  e imponen crudiveganear en lo no mixto. Te echan de sus espacios por pensar distinto y claro. Predican apoyar desahucios mientras son patronos de Emvisesa. Se unen de manera natural por apellidos y colegios. No gustan de afirmaciones rotundas y sólo se debe hablar alto en el Dr. Bar de madrugada por prescripción alcoholírica.  Estar definido en posiciones intelectuales les cierra el diálogo y te fichan para sus listas negras como aquellas que el Psoe elabora.

Este Psoe hay y hubo clanes como coexisten ahora en nuestras minorías califales. Recelan de un dia- logos y temen a los leídos.Tienen susto en forma de distancia  cuando le eclipsan sus plataformas, asociaciones, cooperativas moernas o asociaciones de esclavitud podemita. No le pidas empleo, pero sí colaboración y trueke. 

Estos y as de las que hablo, no hablan claro ni cuentan sus secretos pero necesitan de los tuyos. Explotan el Apoyo, la Migración, la Raza, la Marginación, la Gentrificación,  pero no adoran su bloque ni su barrio. La ocupación y todas reivindicaciones van acompañadas de un estúpido misterio burgués que siempre acaba en moda, postureo o celebración superflua. Adoran los chaletes en Aracena y añoran esa vejez compartida que al final se disipa en el veletismo vital.

Quién cuenta que George Soros financia jornadas. Quién predica transparencia en proyectos de asistencia y no dice ni mu. Quién monta la veintiochoava plataforma y dónde planean a quién se llevan de la base. Adoran la charla y llenar treinta asientos, y recurren a lo que necesiten para seguir lamiendo. Ahora toca Andalucía vista por un anticapitalista. Ahora toca el Campo visto por un urbanitas. Ahora toca verano en Cádiz: al abrigo de la gobernanza que los coloca, alimenta y aisla de nosotros sus amigos.

Andalucía paraíso de colectivos personalistas frente a la unidad derechista. Quedan para el silencio las buenas y buenos compañeritos. Hay. Ay. Ahí.






Extracto. Junio 20.
Juan el Chatarrero.