02 noviembre, 2017

EL ARTICULO 155 Y SUS MENTIRAS

El mapa de Altamirano

El 155 es contra Catalunya, pero afecta a las libertades democráticas de toda la población del Reino de España

Viernes 27 de octubre de 2017. Nodo50 | Descargar artículo en PDF
Fuente: Sin Permiso
Por Miguel Salas
El 21 de octubre, el gobierno del Partido Popular, con el acuerdo del PSOE y Ciudadanos, ha decidido dar un golpe de Estado en Catalunya, que el Senado confirmará el próximo 27. La aplicación del artículo 155 de la Constitución significa el cese de todo el gobierno catalán, la intervención del Parlament, que no podrá aprobar leyes ni proponer presidente, supone también controlar las funciones esenciales de la Administración de la Generalitat, especialmente en el terreno de la seguridad y los medios informativos públicos, representa una amenaza sobre los funcionarios que no acaten las órdenes y suponer convocar elecciones en un plazo de seis meses que, sin embargo, podría ser ampliado. La Generalitat y sus funciones serán dirigidas por un “virrey” y por los ministros de Rajoy. Es una decisión durísima contra Catalunya, que tendrá repercusiones en todo el Reino.
El 21 por la tarde, unas 450.000 personas, según la Guardia Urbana, llenaron de nuevo el centro de Barcelona para exigir la libertad de “los Jordis” (Jordi Sánchez y Jordi Cuixart) en prisión incondicional desde el día 16 y contra la aplicación del artículo 155. Una manifestación convocada por la Taula per la Democràcia, de la que forman parte la ANC, Ómnium Cultural, CCOO, UGT, Unió de Pagesos, y hasta 97 asociaciones sociales y civiles, que reunió a un amplio abanico de organizaciones y personas unidas por su voluntad de defender la democracia, de oponerse a la represión y de encontrar una salida que responda a la exigencia de una mayoría del pueblo catalán de ejercer el derecho de autodeterminación.
El gobierno del PP no ha querido nunca ni hablar, ni negociar, ni dialogar. En la carta de Puigdemont del día 19 de octubre, se lee: “El 10 de octubre, el Parlament celebró una sesión con el objeto de valorar el resultado del referéndum y sus efectos; y donde propuse dejar en suspenso los efectos de aquel mandato popular.” O sea, que reconoce que no ha sido proclamada la independencia o la república catalana, lo que, supuestamente, le pedía Rajoy, pero de poco sirvió esa respuesta. Rajoy ni siquiera se tomó tiempo para enviar la respuesta que ya tenía preparada: poner en marcha el artículo 155. No fueron escuchados ninguno de los numerosos llamamientos al diálogo o a la negociación de muchos dirigentes políticos, sindicales, premios Nobel, etc.

Sobre legalidades

En su campaña de propaganda, el gobierno Rajoy tiene la desfachatez de decir que se ha visto obligado a tomar la decisión para “volver a la legalidad” y que se cumpla la ley. La decisión de aplicar el 155 es justamente la manera de que en Catalunya no se cumpla la ley. Porque la ley dice que el Parlament catalán es el representante del pueblo, y ha sido suspendido. La ley dice que el president de la Generalitat solo puede ser sustituido mediante votación parlamentaria, y Rajoy se lo ha liquidado. Hasta la Constitución dice que hay libertad de expresión, pero desde el próximo viernes en los medios de comunicación públicos estará sujeta a las decisiones que tome quien nombre el gobierno como censor. La ley no dice cómo hay que aplicar el artículo 155, Rajoy ha decidido que la ley es él. Para apoyar todas esas barbaridades, El País tituló que “el gobierno restaura el orden constitucional”, pero lo que se ha instaurado es un clima antidemocrático y de imposiciones.
Sigamos con las legalidades. Desde que el Parlament catalán decidió convocar el referéndum del 1 de octubre, el gobierno del PP ha ido tomando medidas sin que ninguna de ellas pudiera debatirse en el Parlamento. Todas las decisiones, especialmente la intervención económica de la Generalitat, un 155 avant la lettre, han sido arbitrarias y sin que pudieran ser votadas. Porque hay un elemento al que no se presta, o no se quiere prestar, la suficiente atención: existe un choque de legalidades, no sólo respecto a las últimas decisiones del Parlament catalán, sino también porque el 155 anula todos los resortes jurídicos y políticos de la propia autonomía, y tanto el Parlament como una mayoría del pueblo catalán se considera sujeto político, que tiene soberanía y, por lo tanto, capacidad de ejercer el derecho a decidir.
El mismo encarcelamiento de “los Jordis” es puesto en cuestión por numerosas opiniones jurídicas. Para la Comisión de Defensa del Colegio de Abogados de Barcelona, al acusarles de sedición la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela se ha inventado “un nuevo tipo diferente de los legales”, pues en los hechos no hubo violencia. Según la doctrina del Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional no es competente para investigar un delito de sedición, e incluso la juez vulneraría la doctrina de la misma Audiencia Nacional que, en diciembre de 2008, consideró que el delito de rebelión no es competencia de ese tribunal. Todo vale en esta batalla contra la exigencia del derecho a decidir del pueblo catalán.
Más sorprendente aún, quien en la práctica gobernará Catalunya los próximos meses será Rajoy. Su partido alcanzó en las últimas elecciones catalanas el 8,5% de los votos, ¿será legal y democrático que gobierne con ese porcentaje de apoyo? El Senado será la única institución que podrá decir algo respecto a la aplicación del artículo 155. En esa Cámara el PP tiene mayoría absoluta, una mayoría que tiene que ver con la particular representación electoral que existe en el Reino de España. Con el 33% de los votos, el PP obtuvo el 62% de los senadores, ¡viva la representatividad! Será legal, pero su consideración democrática es más que discutible.
Y, si ampliamos el foco, a esas dudosas legalidades hay que añadir que fue el PP quien rompió, con la ayuda del PSOE y CiU, lo que se venía llamando el “contrato social”. Aprovecharon la crisis para implantar medidas arbitrarias, como los recortes sociales o la reforma laboral, encausaron a más de 300 sindicalistas por defender el derecho de huelga o decidieron salvar la banca para ampliar las desigualdades sociales. Si hablamos de legalidades o ilegalidades, tengámoslas todas en cuenta. Porque, la aplicación del 155 representa también la quiebra política del régimen del 78 y de la Monarquía que ha ligado su destino a la política del PP de Rajoy. Quizás pueda imponerse en lo inmediato, pero se ha abierto un foso que no se podrá rellenar. Para una parte importante de la población del Reino, la Monarquía estará ligada a la represión, a la aplicación de medidas antidemocráticas y a la desigualdad social. Hasta ahora parecía, o se hacía parecer, que la Monarquía estaba por encima de las disputas políticas y sociales, como si viviera en una urna de cristal. Eso se ha acabado, si es que alguna vez estuvo en duda.

Habrá respuesta

La aplicación del artículo 155 agudiza el conflicto. A priori, las fuerzas pueden parecer muy desiguales, pero un movimiento tan organizado y potente como es el independentista y soberanista catalán no se echará para atrás a las primeras de cambio. Antes de librar la lucha los que tienen el poder siempre parecen más poderosos, pero la lucha hay que librarla. El 1 de octubre, en numerosas escuelas y centros de votación la gente estaba determinada a votar y a aguantar la represión. Puedo explicar, como anécdota personal, que en mi colegio electoral se anunció durante la mañana que se acercaba la policía. Había una cola de unas 500 personas, gente mayor, padres y madres con sus niños, jóvenes… nadie se movió, nadie hizo ademán de abandonar la cola, todo el mundo permaneció en orden, tranquilo y disciplinado. Esa determinación no ha retrocedido, si acaso se ha ampliado en respuesta a las medidas represivas. Sirva como ejemplo a la jornada del 3 de octubre frente a la represión del día 1, o las 200.000 personas que se reunieron en Barcelona el 17 de octubre, el día siguiente de la detención de “los Jordis”, o la manifestación del 21 de octubre. Cierto que la represión puede ir a más, que se podría detener al president de la Generalitat o a consellers del gobierno catalán, que podrían producirse cargas policiales indiscriminadas, que ante la enorme y repetida muestra de lucha pacífica pueden enviarse provocadores policiales y/o fascistas, pero esa lucha está por librar y es una lucha en la que también el gobierno Rajoy y el Estado tendrá que valorar hasta dónde puede llegar.
De momento, la mayoría de la Mesa del Parlament ha dicho que resistirá y que no se dejará arrebatar la soberanía que el pueblo le dio en las urnas. El president Puigdemont ha convocado sesión parlamentaria para esta semana, probablemente a la misma hora que se reúna el Senado en Madrid. La Taula per la Democràcia sigue en pie en contra de las medidas represivas y en contra de la aplicación del 155. Los sindicatos de TV3 y de la radio públicas se han conjurado para seguir defendiendo su profesionalidad y la libertad de expresión. Sigue en pie el movimiento de Escolas Obertas (Escuelas Abiertas) que fueron una herramienta imprescindible para la votación del 1 de octubre. En numerosos pueblos y barrios de ciudades se han ido conformando Comités de Defensa del Referéndum, que son tanto más amplios cuanto más unitarios y abiertos a la movilización y a las diferentes opciones políticas.
Hay otros flancos que expresan las dificultades políticas de las medidas tomadas por el gobierno Rajoy. Las alcaldesas y alcaldes del PSC de Santa Coloma de Gramanet, Terrassa, Granollers y Castellar de Vallés han denunciado públicamente la aplicación del 155. Nuria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma, ha dimitido de la Ejecutiva del PSOE. La diputada del PSC, Alicia Romero, ha declarado que se opone a la DUI (Declaración de Independencia) pero también al 155. Socialistas mallorquines piden que su senador se oponga al 155 en el Senado. José Montilla, ¿votará a favor de que se intervenga la Generalitat de la que fue president? En esta crisis política, el PSOE de Pedro Sánchez también ha ligado su suerte política inmediata a Rajoy, al plegarse completamente a sus exigencias. La alianza de los partidos dinásticos sigue incólume. Hasta la propuesta de una comisión para la reforma constitucional parece muerta aplicando el 155. Hace tan solo 3 meses, el PSOE decía que “nunca apoyaría la aplicación del 155” para afrontar la situación catalana. Poco ha durado su intención de aparecer como alternativa.
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En la complejidad de la situación, se perciben tres posibles escenarios:
a/ Puigdemont convoca elecciones antes del viernes 27 (parece poco probable, aunque haya quien la considere como una opción; Rajoy ya ha anunciado que ni eso impediría la aplicación del 155 y existen muchas dudas que esas elecciones cambiaran el panorama político catalán).
b/ el Parlament catalán proclama la república y el inicio de un proceso constituyente en la sesión que se ha convocado para esta semana (eso desataría una mayor represión por parte del Estado; el Fiscal General ya ha amenazado con la detención de Puigdemont si eso sucede, pero también un proceso de movilización y resistencia).
c/ el Senado acuerda aplicar el 155 y se abre un periodo de intervención del Estado que podría desembocar en unas elecciones convocadas desde el gobierno central (también de resultado incierto, incluso con la posibilidad de un boicot de las fuerzas independentistas y soberanistas).

Tejer alianzas

La lucha está por librar, pero tampoco hay duda de que la aplicación del 155 deja bien tocado al régimen del 78 y a la monarquía. Las fuerzas sociales transversales que hay detrás del movimiento catalanista, y en particular el 1 de octubre, representan la aspiración a un cambio político, a levantar una república catalana, mientras que por el otro lado la única respuesta es la represión, que una minoría gobernante amordace al resto y rompa definitivamente hasta la propia Constitución al tomar las medidas represivas que significa la aplicación del 155.
La defensa de la democracia pasa a primer término. La libertad de “los Jordis”, la lucha contra el 155 y contra la intervención de la Generalitat permite tejer las más amplias alianzas entre fuerzas independentistas, soberanistas y democráticas, tanto en Catalunya como en el Estado español. Son necesarias y urgentes. Son útiles y prácticas, como se ha demostrado en todas las acciones de carácter unitario que se han convocado.
Nadie puede ya negar la repercusión estatal e internacional del conflicto, solo hay que ver las portadas de los periódicos de todo el mundo. El PP, Ciudadanos y el PSOE pueden subirse a una ola de reacción patriótica, pero arrasar con los derechos democráticos en Catalunya es el anuncio de que pueden ser recortados en cualquier otro lugar, pero es también la posibilidad de iniciar un movimiento solidario y republicano en el conjunto del Estado. El grito de “No pasarán” se escucha a menudo por Catalunya. Tendrá que oírse también en el resto del Reino.
Miguel Salas es sindicalista y miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso.

EL MITIN DE PACO FRUTOS: LA IZQUIERDA PANCISTA

CARLO FRABETTI. La izquierda de pacotilla

Tras ver -y oír- a Francisco Frutos en una manifestación encabezada por la extrema derecha, cabría pensar que “pacotilla” viene de Paco; pero no, es un término de origen náutico que coloquialmente se usa para designar “algo de inferior calidad o hecho sin esmero” (DRAE). Aunque en este caso, por una curiosa coincidencia, la izquierda de pacotilla coincide en buena medida con la izquierda de Paco.
Porque, lamentablemente, Paco Frutos no es un caso aislado en el seno de la izquierda a la que representa. A sus 78 años, podríamos pensar piadosamente que el “cansancio” que lo llevó a retirarse de la primera línea de la política hace ya una década, ha degenerado en deterioro neuronal; pero alguien tan joven y tan representativo como Alberto Garzón dice las mismas sandeces sobre el independentismo, y aunque cuida un poco más las formas y evita salir en la foto con la extrema derecha, la apoya con parecido fervor.
“¡Soy un traidor!”, gritaba el ex secretario general del PCE en la última manifestación españolista, a modo de recurso retórico para añadir acto seguido: “¡Un traidor a la mentira!”.
Querido Paco, no se puede traicionar la mentira: la mentira se desenmascara, se desmonta, se rebate, pero “traicionar la mentira” es una contradictio in terminis. Y si intentamos conferirle algún sentido a tu flatus vocis, es peor, pues solo se puede traicionar a los del propio bando; ¿quieres decir, con tu críptica frase poética, que hasta ahora militabas en la mentira y de pronto has decidido pasarte al bando la verdad? Aclárate con el lenguaje, Paco, que es el primer paso para aclararse con todo lo demás, sobre todo con la política, que tanto juega con las palabras, y casi siempre juega sucio.
Diríase que lo que os pasa a Garzón y a ti, y a tantos otros afiliados -de manera ingenua u oportunista- al binomio IU/CCOO, es que os sentís más cómodos con la derecha que con la izquierda verdadera, la que se enfrenta realmente a la clase dominante y pone de manifiesto, por contraste, vuestra condición de izquierdilla “de inferior calidad y hecha sin esmero”. Con todos sus defectos -y sus excesos-, la izquierda abertzale, la CUP, Izquierda
Castellana, Red Roja, el PCPE y los anticapitalistas en general os tienden un espejo que os devuelve la imagen vergonzosa de vuestras claudicaciones y componendas, de vuestra sumisión a los poderes establecidos; lo cual explica que, como los vampiros, evitéis la claridad y los espejos.
Pero nada explica que os echéis en brazos de la extrema derecha y que vayáis de la mano de quienes apalean a la población indefensa y encarcelan a los pacifistas. Una cosa es que la izquierda de pacotilla se olvide del Manifiesto Comunista, y otra que ignore la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Una cosa es desertar, y otra pasarse al enemigo.

Fuente: insurgente.

01 noviembre, 2017

CT O CULTURA DE LA TRANSICION

CT o la Cultura de la Transición
Publicado en Nodo50. Contrainformación en la Red
http://info.nodo50.org
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CT o la Cultura de la
Transición
Fecha de publicación:
Martes 22 de mayo de 2012
Nodo50. Contrainformación en la Red Página 1/5

CT o la Cultura de la Transición (Debolsillo, 2012) es un artefacto despertador en sí mismo. Un manual de bolsillo con licencia para ser viralizado que ha visto enlas grietas abiertas por el 15M una oportunidad para hacer llegar la herramienta teórica más allá de los márgenes. Qué es la Cultura de la Transición (CT) es la pregunta. Las respuestas buscan una ampliación del marco simbólico e insisten, desde distintas perspectivas, en la necesidad de desvelar los mecanismos que conforman una realidad –“el único marco posible de realidad”– para poder pensar otras. Guillem Martínez, periodista y coordinador de la obra, en su definición más rigurosa, lo concibe como “el paradigma cultural hegemónico en España desde hace más de tres décadas”. Abordada como “patología singular”, esta cultura enferma de consenso y afán desproblematizador, “que le ha puesto barrotes a la libertad creativa y de expresión”, tiene un recorrido y una historia.

Fragmento del capítulo "Un Ministerio de Cultura en la sombra: SGAE, propiedad intelectual y CT"
[...] Fin de la rueda: crisis y relanzamiento de la SGAE
La paulatina infiltración del PCE en el Sindicato Vertical, siendo en gran medida el origen de las Comisiones Obreras clandestinas, está bien documentada. Pero es importante recalcar que uno de los sindicatos donde el PCE tuvo más capacidad de incidencia fue precisamente dentro del SNE, donde se enmarcaba la actividad de la SGAE. A finales de los 50, en el SNE se produjo un mayor grado de autonomía dentro de los diversos sectores, surgiendo colectivos como la Agrupación Sindical de Directores y Realizadores Españoles del Cine – ASDREC, donde realizaban su labor militante para el PCE artistas como Juan Antonio Bardem.
En una conflictiva junta general extraordinaria en 1978, la SGAE aprobaba sus nuevos estatutos. Éstos tenían dos objetivos: por un lado, barrer de la entidad a un núcleo concreto de autores cuyas prácticas mafiosas eran conocidas como “la rueda” (la explicaremos un poco más adelante). Por otro lado, se trataba de renovar y democratizar sus estructuras. En un contexto de grandes cambios políticos y de “democratización”, se posibilitaba que votara un número mayor de autores, al asignarles la posibilidad de voto aunque tuvieran menor número de ingresos. Con esos nuevos estatutos de la SGAE se iba a dilucidar el futuro de una entidad de gestión, ya totalmente desligada de la ineficaz burocracia del SNE, y coexistiendo con los emergentes sindicatos de clase. La entidad contaba ya con una pésima imagen pública, debido a la impopularidad del cobro de derechos de autor en fiestas, representaciones teatrales, discotecas... y la publicación en prensa de la práctica de la famosa “rueda”.
El escándalo de “la rueda” fue grande: en los 70 -como posteriormente- los mayores ingresos de la sociedad venían de la recaudación de la sección musical, más cuantiosos los que generaba la de autores dramáticos. Los ingresos de la sección musical se repartían, además del mediante el estudio de la venta de discos, en función de las llamadas hojas de declaración, donde se reflejaban las canciones que habían sonado en vivo o en bares y discotecas. El funcionamiento de la sección musical de la SGAE era cuanto menos peculiar: los inspectores encargados de recoger las hojas de declaración eran también autores musicales, por supuesto asociados a la SGAE. La rueda consistía en que esos inspectores-autores reflejaban en las hojas las canciones de otros inspectores-autores amigos, de manera fraudulenta y rotativa, con el objetivo de aumentar sus ingresos por derechos de autor y, por tanto, conseguir el máximo número de votos en la junta de la sección musical. Con la rueda aumentaban sus ingresos y controlaban totalmente la sección, suponiendo un gran negocio.
El fraude era clamoroso y evidente: autores totalmente desconocidos, o semi-desconocidos, que no ingresaban nada por las ventas de discos, percibían en cambio millones por la reproducción de fantasmales discos en discotecas y actuaciones en directo. La junta general de la SGAE destituyó en 1977 a todo la sección musical, convocando urgentemente unas nuevas elecciones, en las que resultaron elegidos un elevado porcentaje de nuevos autores vinculados al rock o considerados de ideologías progresistas, entre ellos Teddy Bautista -de vinculación al PCE de sobra conocida-. Como curiosidad, resaltaremos que Juan Antonio Bardem y Teddy Bautista, uno dentro y otro fuera del partido, acabarían en bandos opuestos en las elecciones a la junta directiva de la SGAE en 1995 (donde Bardem fue literalmente barrido en las urnas y sus duras denuncias sobre malversación de fondos ignoradas: su lista no sacó ni un consejero). La entrada de Bautista supuso el comienzo de grandes cambios en la entidad, ya que, en su estancia en EEUU, había conocido de primera mano entidades de gestión como ASCAP, BMI y SESAC, cuyo funcionamiento fue emulando poco a poco en el seno de la SGAE.
Los consejeros destituidos por el fraude de la rueda contraatacaron a través de lo quedaba del Sindicato Vertical, reconvertido ahora en el Sindicato Profesional de Músicos Españoles, que acusaba al presidente de la SGAE, Moreno Torroba, de una desastrosa gestión económica de la entidad -cosa que era cierta-. En la batalla entre los dos sectores de la sección musical -el destituido y el recién electo- tomaron parte las multinaciones discográficas, que apoyaron con entusiasmo la renovación en la SGAE: les constaba que con el fin de la rueda iban a aumentar significativamente los ingresos de sus editoriales musicales, al reflejarse en las hojas información veraz. El fin de la rueda legitimó a nivel internacional a la SGAE, ya que las multinacionales se decidieron a empezar a presionar a las diferentes entidades de gestión extranjeras para que comenzara el pago a la SGAE por el uso de su repertorio. Paradójicamente, el papel jugado por las multinacionales del disco en la renovación de la SGAE fue interpretada en clave nacionalista por colaboradores de varios medios de comunicación y políticos de la época, de todas las tendencias políticas, que denunciaron una supuesta represión en la SGAE de los autores españoles por estar, en teoría, al margen de los intereses de las editoriales y empresas multinacionales.
Los nuevos estatutos definieron una nueva forma de gestión de la sociedad, reestructurando sus secciones, facilitando la internacionalización de su actividad por parte de las multinacionales del disco, y sentando las bases de la SGAE del futuro. Se produjo también el primer intento serio de lavado de imagen, al plantearse un funcionamiento algo más democrático, con el aumento del número de socios con derecho a voto, aunque en la práctica sólo supusiera una exigua minoría respecto a todos los autores asociados. La SGAE entraría en los 80 con varios retos importantes: la mejora de su imagen, zanjar los conflictos derivados del fin de la rueda la reestructuración de la entidad y el las conflictivas recaudaciones de cine y literatura. Todo esto ya en el seno de la Cultura de la Transición – CT-, de la que la SGAE, de manera voluntaria o involuntaria, se convirtió en uno de sus máximos exponentes.
SGAE, Propiedad Intelectual y Cultura de la Transición
La SGAE fue adquiriendo una fuerza imparable, chocando frontalmemente contra todo y contra todos: mientras emitía apocalíticos anuncios sobre el inminente fin de la industria musical por culpa de la piratería -¡ya a mediados de los 80!-, sostenía varios e impopulares conflictos, lanzando una verdadera avalancha de pleitos por el impago de derechos de autor. Algunos de los conflictos de la SGAE incluyeron a RTVE por atrasos millonarios en pagos de derechos, a las salas de cine por su propia rueda -éstas revendían una y otra vez una misma entrada para pagar menos derechos de autor-, radios privadas, televisiones autonómicas y posteriormente las privadas, grupos de teatro aficionados e, incluso, al Ministerio de Cultura, por el uso de música en el Mundial 82 y luego en la Expo del 92, etc. La SGAE llegó a acuerdos, o bien ganó en los tribunales prácticamente todos los conflictos en los que se embarcó, sin darle demasiada importancia a transmitir de manera razonada su visión de los derechos de autor, o a intentar paliar su mala imagen. Daba igual, cada vez recaudaba más, mejor y en más ámbitos, por lo que en esa época no le preocupaba en la entidad de gestión la incomprensión de su política recaudatoria. Posteriormente se avalaba tanto en el Congreso como en el Senado su polémica reestructuración de 1978, por lo que la entidad comenzó a operar en muchos aspectos como un verdadero Ministerio de Cultura de facto, por presupuesto, influencia y fuerza como lobby.
En paralelo al tremendo crecimiento de la influencia de la SGAE, se propiciaba una implantación de la CT que no fue ni mucho menos invisible: en 1984, Sánchez Ferlosio denunciaba en El País “si éste [Goebbels] dijo aquello de ’Cada vez que oigo la palabra cultura amartillo la pistola’, los socialistas actúan como si dijeran: ’En cuanto oigo la palabra cultura extiendo un cheque en blanco al portador’”. Al año siguiente y en el mismo diario, Alfonso Sastre recuperaba la figura de los “silbadores” e insistía en que “(...) hoy por hoy vivimos (...) bajo un reinado de grafómanos, silbadores, microfónistas y analfabetos. Situación en gran parte diseñada, seguramente, en los laboratorios de las transnacionales de la cultura o de la contracultura (que de ambas formas puede decirse). En esos laboratorios ha tenido que dibujarse el mecanismo por el que muchas gentes -y jóvenes a porrillo- creen rebelarse contra el sistema por medio de los actos con los que lo obedecen”.
En los 80 se forma el paradigma cultural democrático, del que la Movida será uno de sus buques insignia. Hay que poner en contexto y cuestionar los consensos respecto a las expresiones (contra)culturales de la época, ya que son pura CT, es decir, pura desarticulación del carácter problemático de la cultura. Todo lo conflictivo en el ámbito cultural terminó antes o después liquidado: recordemos el gran éxito e influencia a nivel estatal de una radio de orientación juvenil y militante como Radio3, creada en la época de la UCD. Radio3 fue paulatinamente desactivada después de 1982, cuando dejó de ser útil al PSOE: primero con la desaparición de sus onomatopéyicos y polémicos informativos, para continuar con la sucesiva caída de todos los programas con criterio y discurso propios, como el mítico Caravana de Hormigas. El PSOE ajustó cuentas con una emisora que colaboró a su victoria electoral, pero que luego se atrevió a cosas como denunciar sin miramientos los excesos y accidentes en la mili, la guerra sucia del GAL, que tomó partido en la campaña antiOTAN y en las primeras huelgas generales al PSOE...
La izquierda pasó de una cultura resistencialista de canción protesta y uso de lenguas vernáculas a propiciar un entramado alrededor del negocio de la música, del que no escapó absolutamente nada. Si nos centramos en el rock, los grupos tenían compañías independientes con el impagable escaparate y altavoz promocional de Radio3, concursos municipales como el Villa de Madrid, un gran circuito de conciertos por los Ayuntamientos con cachés mejorados y, finalmente, el cobro de derechos de autor -vía SGAE- para cuando llegaran las vacas flacas. Como decimos, nada escapó a ese circuito, ni siquiera el combativo punk en su vertiente de Rock Radikal Vasco - RRV: todos y cada uno de los discos de RIP, MCD, Kortatu, La Polla, Eskorbuto, Barricada... están registrados y son del llamado “repertorio SGAE”. El cierre y colofón del RRV es un tanto paradójico: unos años después de su eclosión, la Fundación Autor subvencionaba a fondo perdido a Negu Gorriak su gira por América Latina y se producía el pleito de los herederos de derechos de autor de Eskorbuto a Hilargi Records, por derechos de explotación de sus discos.
En el seno de la SGAE y el entramado de la industria musical sólo hubo una disonancia, y no fue precisamente la (ahora) sonrojante polémica de Las Vulpess en Caja de Ritmos: Loquillo y los Trogloditas tuvieron el dudoso honor de interpretar la primera canción censurada en la democracia. Hablamos de la canción Los Ojos Vendados, tema donde se denunciaba la práctica de torturas por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Tiempo después, Loquillo intentó, al igual que Bardem, presentar una lista alternativa a la auspiciada por Teddy Bautista con idéntico resultado: fracaso total en las urnas de la entidad y posterior descrédito mediático. A Loquillo incluso le acusaron de estar al servicio de las multinacionales del disco, acusaciones hechas precisamente por parte del grupo de Teddy Bautista, que sufrió esas mismas acusaciones a finales de los 70[...].
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ANDALUCIA EN LA OTRA CARA DE LA GLOBALIZACIÓN


Revista de Economía Crítica, nº 2. Diciembre de 2003, pp 205-219
ISSN: 1696-0866
207
Reseña de libros
MANUEL DELGADO CABEZA: “Andalucía en la otra cara de la globali-
zación”. Mergablum, 2002.
En este libro, publicado por la editorial Mergablum dentro de la Colección
Andalucía XXI, el profesor Manuel Delgado Cabeza presenta un análisis de la
realidad de Andalucía en el contexto actual de Globalización. Utiliza para ello un
lenguaje rigurosamente claro para contarnos, desde una perspectiva histórica, la
evolución de la sociedad y la economía andaluza en las cuatro últimas décadas,
centrándose sobre todo en las transformaciones actuales que se vienen produ-
ciendo intensamente a lo largo de las dos últimas en el periodo que se ha deno-
minado de globalización. Es una obra en la que, el autor nos muestra las claves
interpretativas de los procesos de transformación y cambio del mundo actual, a
través de su esfuerzo en desvelar las especificidades del territorio andaluz. El
cual, con un papel de extracción de sus recursos en la división territorial del tra-
bajo, se encuentra en la otra cara de la globalización.
El contenido del libro se desarrolla a lo largo de siete capítulos, que van apa-
reciendo en un orden que da coherencia argumental al hilo que utiliza el autor para
ir tejiendo el contenido de los distintos capítulos. En este sentido, este libro "se ha
ido tejiendo alrededor de un hilo argumental con dos cabos fuertemente entrela-
zados. Uno de ellos, la articulación hacia fuera; el otro, la forma en que se confi-
gura y evoluciona la propia economía y la sociedad andaluza en su interior" (p.13).
En el capítulo 1 el autor nos presenta los antecedentes históricos de la situa-
ción actual de Andalucía, determinando las bases que han hecho que este territo-
rio se vaya configurando como un espacio periférico dentro del sistema econó-
mico. Así, nos explica la configuración histórica de dicho proceso en los 200 últi-
mos años, esencialmente caracterizado, en primer lugar, por una continuidad en
este período, tanto de los problemas que padece la estructura económica y social
de Andalucía, como de los obstáculos para superarlos. Y en segundo lugar, por la
permanencia de una especialización productiva del cuerpo económico andaluz
basado en actividades muy vinculadas con la explotación de los recursos natura-
les, como la agroalimentaria, energía y minería. Este es el papel que se le asigna
al territorio andaluz como suministrador de materias primas y ciertos bienes
agroalimentarios, destinadas a cubrir las necesidades de territorios centrales, con
los que éstos reproducen y amplían sus procesos de crecimiento y acumulación
de riqueza monetaria. Esta situación de debilidad y subalternidad histórica va a
condicionar la evolución de la inserción de la economía andaluza en el sistema,
como el autor desarrolla en este primer capítulo, poniendo especial atención al
análisis desde la mitad del siglo XX, o edad de oro del capitalismo (denominado
por algunos autores como fordismo), hasta situarse históricamente al inicio del
período denominado globalización.
En el análisis del período fordista (desde final de la Segunda Guerra Mun-
dial hasta la crisis de los años 70), el cual tuvo lugar durante las denominadas

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RENTA BÁSICA DE EMANCIPACIÓN. PROPUESTAS DE ADA Y OTROS



1.- ENLACE AL AUDIO 

Tiempo del comienzo de las intervenciones para facilitar su seguimiento:
1.- Félix Talego (RBU y empleo-trabajo) al principio
2.- Manuel Delgado (RBU: financiación) 19 m 25 seg.
3.- Debate 43 min 5 seg.
4.- Pura Sánchez (RBU y mujer) 1 hora 16 min 52 seg.
5.- Isidoro Moreno (RBU: significación política) 1 hora 40 min. 58 seg.
6,. Debate 2 horas 6 min.

2.- ENLACES A LOS VÍDEOS (con auriculares se escucha mejor el volumen)
1) Presentación de Alberto Barea (Desde el comienzo a 6'03'')


2) Primera Mesa: 1º) Presentación (Desde el comienzo a 2'), 2º) Félix Talego, RBU y empleo-trabajo (de 2' a 20'15''), 3º) Manuel Delgado, RBU: financiación(de 21' a 44'22'') y 4º) Debate (de 44'45'' a 1h21'14'')


3) Segunda Mesa(*): 1º) Presentación (Desde el comienzo a 2'07''), 2º) Pura Sánchez (parte 1)**RBU y mujer (de 2'07'' a 17'38'')   https://www.pscp.tv/usteasevilla/1YpJkWXqQVAJj

  3ºPura Sánchez (parte 2) (desde el comienzo a 6'01'')

  4º) Isidoro Moreno, RBU: significación política (desde el comienzo a 23'20''), 5º) Debate (de 23'45'' a 1h8'12'') y 6º) Despedida,        Alberto Barea (1')           
(*) La segunda mesa está en tres vídeos.
(**) Esta intervención está en dos vídeos.

3.- DOCUMENTO-ESTUDIO (archivo adjunto): 
 ¿ES VIABLE UNA RENTA BÁSICA UNIVERSAL DE ANDALUCÍA?
Autores: Jesús Manuel Artero López, Rosario Gómez-Álvarez Díaz y David Patiño Rodríguez. Departamento de Economía e Hª Económica. Universidad de Sevilla.  
Para cualquier aclaración sobre este estudio se puede conectar con uno de sus autores:  jesartlop@gmail.com
         
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