Imagen: Mano pisapapel perteneciente a Blas Infante.
Los pijos juegan nuevamente a pankis y a las buenas las compra el Psoe. Sevilla estrena cada temporada para los 200 "moscovitas de la izquierda" una caja de juguetes para saciar sus esfogues. Esta vez un pack de bar, plataforma y musiquita al old stlyle urbanitas. Siguen buscando terrenitos para unirse sin tener ni puta idea de qué hierba tienen a un lado y otro del senderito que recorren los jueves ahora "que hace buen tiempo". La izquierda en Chevilla yace acomodaticia y desdentada. Se van uniendo al rebaño con insolidaridad insólita. No trabaja ni el tato (gran amigo), si piensa diferente a ella no sea le "jaga sombra". Les acojona que se dirijan a ellos con una opinión clara de las cosas y se centran en tu "palabra no inclusiva" y no en la humildad de tus acciones. Como ya comen gran parte de Adelante y de Pordetrás, se centran en proyectos mínimísimos, sus frágiles discursos son poco participados y predican una horizontalidad que huele a verticato de guante morado.
Se alivian entre el guetto. Son manada. Inseguros. Una izquierda rancia, comprada y sin riesgo.