Fíjense qué contradicción más tonta:
Para la Memoria Histórica tan de moda (por lo barato que es documentar y los beneficios tan exquisitos que reporta), es un material valiosísimo el TESTIMONIO ORAL.
Para el Flamenco, apenas existen bares y salas donde permitan una flimita de palmas, un cante o un toque. Los ayuntamientos y sus ordenanzas represoras extinguieron esa parcela hacia el RUIDO, hacia los teatros de pago, o hacia festivales en los extrarradios de la ciudad.
Por el SI- DO y la autorización del cante.
Para la Memoria Histórica tan de moda (por lo barato que es documentar y los beneficios tan exquisitos que reporta), es un material valiosísimo el TESTIMONIO ORAL.
Para el Flamenco, apenas existen bares y salas donde permitan una flimita de palmas, un cante o un toque. Los ayuntamientos y sus ordenanzas represoras extinguieron esa parcela hacia el RUIDO, hacia los teatros de pago, o hacia festivales en los extrarradios de la ciudad.
Por el SI- DO y la autorización del cante.