04 febrero, 2013

TRAS DOS AÑOS DE PREPARACIÓN, SALUD AL MANIFIESTO ASAMBLEA DE ANDALUCÍA






Imagen 1: En recuerdo a las palabras de Blas Infante y correligionarios. Página 1 de folleto dirigido a la Juntas. El documento completo aquí en la página de Repiso: http://www.cosasdeandalucia.com/web/index.php/identidad-topmenu-48/sede-identidad-topmenu-50/2393-a-todos-los-andaluces.html









MANIFIESTO

Llamamiento para el Encuentro de  creación de la Asamblea de Andalucía
Córdoba, 16 de Febrero de 2013


Andalucía y los andaluces sufrimos con especial intensidad los efectos de la actual
crisis, que no sólo es financiera y económica sino también social, política, ecológica y cultural.
A pesar de que el pueblo andaluz reafirmó en las calles su identidad política el 4 de Diciembre de 1977 y conquistó en las urnas el 28 de Febrero 1980 el reconocimiento de su derecho al autogobierno, más de treinta años después Andalucía continúa a la cabeza del desempleo en el Estado Español y en Europa, millones de personas están en una situación de pobreza, nuestros jóvenes vuelven a tener que emigrar, el territorio continúa desvertebrado, nuestra cultura sigue siendo degradada y las instituciones de la Junta de Andalucía funcionan ajenas a las más importantes necesidades y aspiraciones de los andaluces, lo que ha llevado a un alejamiento general de la política (que es confundida con el sistema de partidos) y a un escepticismo generalizado a causa de la falta de canales de verdadera participación.

La actual dominación del capital financiero ha vaciado casi totalmente de contenido el
ámbito de la política al haber sido transferidas las decisiones fundamentales a entidades que están fuera del control democrático y representan los intereses de dicho capital (como el FMI, el BCE o la Comisión Europea). El avance de estos intereses y de la lógica del Mercado en todas las dimensiones de la vida social ha sido facilitado desde las propias instituciones políticas, convertidas en una partitocracia, mediante desregulaciones, cambios legales, privatizaciones
y recortes de derechos. Las instituciones europeas donde se inserta el Estado Español, y por tanto Andalucía, son hoy instrumentos para la imposición de esa lógica y del pensamiento neo(ultra)liberal. Una verdadera democracia, igualitaria y participativa, tanto en lo político como en lo económico, no es posible en este marco. Si aspiramos a ella, hemos de actuar, a favor de la inmensa mayoría, contra este sistema impuesto por el capital financiero y sus cómplices que está liquidando todas las conquistas sociales.

Entendemos que es necesaria una nueva orientación, un nuevo camino para devolver
el poder al pueblo. El pueblo andaluz precisa de la unión de los movimientos sociales y de
las organizaciones y personas que apuesten por transformar radicalmente el sistema, y no
pretendan legitimarlo con la creencia ilusoria de que puede mejorarse con simples retoques.
Para alcanzar este objetivo, y partiendo de la especificidad de Andalucía, nos proponemos
avanzar en la construcción de un Colectivo de personas y organizaciones –sociales, culturales y políticas- radicalmente democrático. Ha llegado la hora de coordinar esfuerzos y de potenciar confluencias para construir un poder andaluz en todos los ámbitos, que haga posible una
Andalucía Libre formada por hombres y mujeres libres. Al margen de esta llamada sólo deben quedar aquellas personas y organizaciones que creen positivo apoyar, mediante pactos y
colaboraciones, el sistema capitalista en crisis y a quienes han ocupado en Andalucía, durante más de treinta años, el poder político y son directos responsables de la dramática situación en la que hoy esta se encuentra. Y también se autoexcluirían quienes no estén dispuestos a asumir el funcionamiento horizontal 
y democrático que necesita cualquier organización transformadora en el siglo XXI. Esto último, porque asumimos la principal novedad que
aportan los denominados “nuevos movimientos sociales”: la ampliación de la política y la
“politización” de lo social, de lo cultural e incluso de lo personal, ensayando nuevos ejercicios de ciudadanía más allá del marco del estado y de los partidos.

La confluencia de todas estas fuerzas, personas y colectivos andaluces debe tener por
objetivo la realización de estrategias que permitan avanzar hacia esa Andalucía Libre en la
que soñaran Blas Infante y tantos otros andaluces. Debe apoyar iniciativas en lo económico,
lo cultural y lo político que respondan a una lógica diferente a la del capitalismo destructor de los pueblos, de la dignidad de las personas y de la naturaleza. Debe denunciar la corrupción
del sistema político vigente y propiciar formas de democracia directa para la reconquista del ámbito de la política por parte de los ciudadanos. Y debe activar la memoria y conciencia
colectivas del pueblo andaluz y desarrollar los valores de la cultura andaluza que pueden
ser ejes de resistencia frente a la globalización totalitaria y deshumanizadora de la lógica del
mercado.

Partimos de que Andalucía posee identidad histórica, identidad cultural e identidad
política y tiene, por ello, el derecho a decidir sobre sus propios asuntos y estructuras políticas,
económicas, sociales y culturales. Nuestro Colectivo debe tener, pues, como objetivo cooperar
en la construcción de instituciones y puesta en marcha de experiencias que consoliden un
poder andaluz que haga posible las transformaciones necesarias para caminar hacia una
sociedad justa e igualitaria. Hoy, el sistema partitocrático y la actual organización territorial del Estado Español impiden cualquier potencial toma de decisiones realmente transformadoras por parte de los andaluces para oponernos eficazmente a las presiones del capitalismo global.
Por ello, resulta necesario plantear otro marco en el que sea posible el fin de la dependencia económica, la subalternidad política y la alienación cultural de Andalucía para avanzar hacia un horizonte postcapitalista de igualdad entre las personas y los pueblos, de devolución del poder a estos, de garantía de los derechos humanos tanto individuales como colectivos, de solidaridad, de justicia, de respeto a la naturaleza y de potenciación de nuestra cultura. Los andaluces, al igual que todas las personas y pueblos del mundo, tenemos el derecho a ser protagonistas de las decisiones que nos afectan. Y para hacer este protagonismo posible, se hace indispensable dotarnos de ese ámbito andaluz de decisión del que hoy carecemos.

Asumimos como un compromiso irrenunciable la construcción de este ámbito de
decisión andaluz, que entendemos debe caracterizarse por el principio de que las decisiones sobre los diversos asuntos se toman de abajo-arriba en el ámbito territorial, es decir, los asuntos que corresponden a la municipalidad se deciden en las municipalidades y nunca una
decisión que afecte a un ámbito territorial inferior se tome unilateralmente desde un nivel de decisión superior. Y los temas supralocales, ya sean de ámbito comarcal o andaluz, o respecto a las relaciones con otros pueblos, se acuerdan entre todos bajo el principio general del
confederalismo. Consideramos, pues, al municipalismo como una herramienta fundamental
para la toma de decisiones de forma horizontal y radicalmente democrática. La estrecha
vinculación y compromiso con el territorio –municipal, comarcal y andaluz-, el objetivo de
alcanzar un poder andaluz que haga posible la justicia social y el ejercicio real de todos los
derechos y el funcionamiento en base a prácticas de democracia directa, activa y participativa representan la columna vertebral de nuestra forma de pensar y de proceder.

Sobre estas bases, nuestro Colectivo deberá dotarse de grupos de trabajo que
profundicen en los análisis, propuestas y acciones en los diversos ámbitos: económico,
ecológico, social, político, cultural, organizativo y comunicacional. Deberá funcionar en base a la participación activa de sus miembros y la búsqueda de consenso interno. Y deberá apoyar y colaborar con los movimientos sociales, culturales y políticos que se enfrenten a las lógicas hoy dominantes del mercado y del nacionalismo de estado.

Firmantes : * Ver dorsos.