27 mayo, 2020

RÉQUIEM POR UN AMIGO ANDALUZ: MANUEL PEDRINAZZI



De todas las maneras que puede vivir un Manolo es de justicia que sólo este Lolo haya vivido varias vidas en una. El Pelícano es una plaza de Sevilla además de un animal simbólico que es capaz de arrancarse su carne para alimentar sus crías, es por eso que los masones de rigor lo adoran. Allí nació Casa Cornelio con un itinerario impreciso de miles de militantes de aquel Sindicato Andaluz de los Trabajadores donde desembocaba aquel local abierto. No voy a negar que esa familia participó de todo tipo de locuras y este señor que ahora descansa, fue un símbolo que almacenaba todo tipo de izquerdos.s disgregad.s que aún conservan su esencia personalista y singular. 

Como este es su espacio (este textito meditabundo), no había nada mejor en aquel local que entrar recién escamondao en aquella curva recta y pedirle un wistíton americano de papel a mi querido Lolo. A su pregunta - y hoy qué -  reconocía todo tipo de reuniones y acciones (de postureo o rancias) de movimentos enérgicos. Pocos amigos (amigas) muy puristas saben las realidades de que estuviera esa encantadora familia allí. La camisa a cuadros de miLolo, llena de horas, ofrecía los primeros productos llamados ahora "economatos locales" o de "kilómetro cero" procedente de la esquizofrenia divina de Marinaleda, sobre una una carta breve con modestas tapas del tiempo que nunca elegimos. Lo que hubo era bueno y polivalente. Su tabaco en el bolsillo izquierdo, la chapita y el boli corporativo saludaban a esa algarabía de atrevidos majarones.

Aparte de ser normal con la buena praxis de persona normal, su madre es una de las dos que quedan en la Casa Palacio de Pumarejo. Incluso en las cofradías, con lo rojo que era el muy mamonio, se paraban en la esquina cada año los de PP y Psoe (juntos en la Hermandad de Hiniesta) a entregarle una carta de reivindicación). Nada que ver con los posmodernos que dicen pertenecer a 8 colectivos y no saludan ni al vecino. Y eso era una cualidad: el llamado espíritu de servicio a las cantinelas de anticapitalistas no lectores, andalucistas decimonónicos y a sindicalistas de tierra protoandaluza. 

Lolo era confesor y cocinero, y un gran amigo hecho de virtudes y defectos. El sindicato llenaba de botes separados productos de escasa distribución. En el Ron Guerrillero, en aquel queso añejo, en los vinos andaluces, hubo tolerancia y hasta amor. La puerta de Casa Cornelio como ambigú fue la reserva de 500 euros más avanzada de la historia roja. La modestia empática mandaba. Carisma de camarero consciente. Asalariado militante. Disposición. 

El empuje y apuesta de gente entonces de riesgo verde: Una Pastora de reaño filatélico y un Borjismo conciliador. Cómo sabía ese silencio obrero, miLolo. Cómo era esa esquina de incómodo bidón. Cuántos abrazos sudamos tras repetidos eruptos de políticas. La pausa del camión de las latas de Carrefour baratitas nos deleita. 

Tus amistades por último perdieron la pena. Tras el M15 se colocaron y son actualmente 5 en un ayuntamiento estéril. No se hablan. Se sientan a fumar en el poyete a veces... mira que has estado dias frente esas escaleras, hermano. Como no te perdía la pista,  siempre te veia en el Soto ( no temas, no es José Manuel). El tinto no era pitarra ni el tabaco Winstiton americano. Tu muleta con la cinta verdiblanca lo decía todo. Escogerte y saber estar contigo era natural. Hombres de barrio sin libros de la Fuga. Tu alcatraz de cuidados. El coraje que  besó los últimos desayunos. El habla de tus acciones. El postre racionado de tu marcha. 

El Réquiem entre tus hijas y tus amigos te saluda. Viva Andalucia Libre en tu cielo. 


Mayo. 21.
Juan El Chatarrero

NOTA OBLIGADA: Abrazo compartido con Toñi e hijas. 
NOTA 2 CONSTRUCTIVA: La izquierdita debe bajarse de todos los burros, porque los burros son de Rute o de Torrox.