El final del neoliberalismo
Fascismo o democracia
El neoliberalismo como modelo político – económico teórico,
dominante desde el acceso al poder de Reagan y Thatcher en 1980, en su
desarrollo no ha hecho más que mostrar sus enormes deficiencias: hambre y
guerra en el tercer mundo; eliminación de derechos sociales y
laborales, abaratamiento masivo de la mano de obra y aumento desmedido
del paro en los países “desarrollados”; y la destrucción, irreversible
durante generaciones, del planeta. A la vez que los grupos financieros
internacionales y las mayores transnacionales han obtenido las mayores
de las ganancias y la mayor concentración de capital en toda la historia
de la humanidad.
Todo cambia, nada permanece...
Pero
una gran oleada de cambios se está haciendo visible desde el 2000 en
América Latina y desde 2008 en Europa. Sin embargo existen grandes
diferencias en las respuestas populares a las situaciones de crisis que
provoca el modelo neoliberal. Mientras en el subcontinente americano
algunos de esos cambios son estructurales, es decir, que afectan a las
estructuras económicas, político – jurídicas e ideológicas del sistema
Capitalista, en Europa ocurre lo contrario. Las “soluciones” y
alternativas que desde la respuesta social se están dando, incluso las
reformas o ajustes que acometen los gobiernos europeos a las órdenes del
FMI y el BCE, no solo no afectan a las estructuras de nuestros modelos
políticos y económicos, no son estructurales por lo tanto, sino que
vienen a reforzar las estructuras del sistema Capitalista.
Así por ejemplo en América Latina se han iniciado procesos
constituyentes, algunos de ellos incluso triunfantes (Venezuela,
Bolivia, Ecuador), donde se refuerza la democracia con referéndum
revocatorio de los Jefes de Estado, incluyendo los derechos de la
Naturaleza o la protección de las poblaciones indígenas y de las
minorías. Además adoptando medidas legislativas que protegen las
producciones nacionales frente a la “libertad de mercado” y donde se
está iniciando y manteniendo un buen número de empresas con control
obrero, que no es otra cosa que la demostración del funcionamiento
óptimo de la economía sin necesidad de patrones .
En Europa por el contrario, las repuestas sociales no señalan un
camino diferente al que marca el Capitalismo, como lo demuestra el
vertiginoso ascenso de la extrema derecha en los diferentes parlamentos,
que liga la protección de los “intereses nacionales” a la defensa del
cristianismo frente a los trabajadores de religión islámica por un lado
y, por otro, con respuestas populares que se limitan a ejercer el
derecho al pataleo reivindicando la vuelta a un “estado del bienestar”
que nunca volverá.
Esta diversidad en las respuestas sociales a la debacle del
neoliberalismo se debe sin duda a las diferencias de situación de las
clases desposeídas a ambos lados del Atlántico. Hace tan solo dos
décadas, los estatutos de autonomía o la ley de bases del régimen local
de España, suponían reivindicaciones radicales y los derechos básicos de
educación, sanidad y alimentación no se conocían salvo honrosas
excepciones revolucionarias.
Pero de todas las diferencias hay una que es fundamental. La
posición ante la situación de crisis de las fuerzas vivas de la
sociedad. Lenin al analizar las causas de la derrota de la revolución de
1905 y el triunfo de la de 1914, mantenía que de entre todas las contradicciones que se deben de dar para el inicio de un proceso prerrevolucionario, había una que era fundamental. Todas
las demás no podían ser controladas por ningún personaje u organización
social por su multiplicidad. Pero que la fundamental era la creencia de las fuerzas vivas de la sociedad de la bancarrota del régimen del momento.
En América Latina el contacto entre trabajadores de la producción,
amenazados por el cierre y el despido, con militantes del sindicalismo
alternativo y partidos obreros extraparlamentarios, ha unido la
reivindicación de la lucha por el puesto de trabajo con la conquista de
la democracia y del socialismo, en definitiva, con el control obrero de
la producción. En Europa por el contrario, no existen ni sindicatos
alternativos ni fuerzas políticas obreras extraparlamentarias que vean
aún la bancarrota del régimen del neoliberalismo y continúan con sus
consignas y luchas tradicionales.
En Grecia, ejemplo para muchos de vanguardia en la lucha contra la
actual crisis, no se han producido tomas de fábricas ni el control
obrero de las mismas. Es más, en las pocas experiencias habidas en este
sentido en lucha por el mantenimiento de los puestos de trabajo en el
Hospital de Kilkís y en el periódico de mayor tirada del país,
Eleftherotypia (libertad de expresión), no han sido apoyados por los
sindicatos ni por el partido comunista. De hecho el hospital ya se
encuentra desalojado, algo que en América Latina se habría evitado con
el apoyo de esas fuerzas políticas y sindicales y la gente de los
barrios que no solo colaboraban con los trabajadores llevándoles comida,
sino interponiéndose entre éstos y las fuerzas policiales y militares
que intentaban la recuperación de las fábricas para sus antiguos dueños.
En España el pacto constitucional del 78 murió tras la firma del
Pacto por el Euro, después de un largo camino para vaciarlo de
contenido. El artículo 10.1 dice textualmente: La dignidad de la
persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre
desarrollo de la personalidad, el respeto a la Ley y a los derechos de
los demás son fundamento del orden político y de la paz social.
Por el contrario, nos han convertido en mercancía, los derechos que
creíamos inherentes como casa, trabajo, médico, escuela... han sido
violados. Para estar vivos hay que tener dinero y para un desarrollo de
la persona que nos ha convertido en herramientas que hablan y
reproductores mano de obra esclava. Las leyes enriquecen a los ricos y
empobrecen a los pobres y si no es suficiente se cambian esas leyes por
otras mejores para que los ricos se sigan enriqueciendo a nuestra costa.
El estado social lo están liquidando y el estado de derecho es solo de
derecho de los explotadores. Y lo que llaman estado democrático ya hemos
entendido una gran mayoría “que no nos representan”, “que lo llaman
democracia y no lo es”.
Han roto los fundamentos del orden político y de la paz social. La
lucha de clases soterrada durante más tres décadas se ha manifestado
franca y abierta. Los poseedores han iniciado la guerra contra los
desposeídos para rapiñar la riqueza social acumulada y no nos estamos
enterando.
Mientras que la izquierda honesta y los trabajadores y trabajadoras
no nos demos cuenta de la bancarrota del régimen del neoliberalismo no
podremos poner las bases de la construcción de un mundo alternativo al
que nos ofrece el Capitalismo .
Aunque vayamos despacio porque vamos lejos, tenemos que entender
que ya vamos tarde, que no pasará nada si aumentamos un poco el ritmo.
No podemos perder el tren del progreso nuevamente. En el 78 las fuerzas
revolucionarias retrocedieron y dieron un paso a una izquierda que se
definía como seria, negociadora y responsable, que según sus ideólogos,
nos haría avanzar a los trabajadores y trabajadoras.
Ya estamos viendo a donde nos ha llevado esta izquierda seria,
responsable y negociadora. No podemos dejar que la dirección a la
respuesta de los ataques del Capitalismo la siga ostentando las ideas
socialdemócratas. Es el momento de que las ideas anticapitalistas tomen
el mando e iniciemos nuevamente el camino de la conquista de la
democracia.
...la negación de la negación
Desde
el Sindicato Unitario de Andalucía debemos luchar contra la tendencia
dominante de ser un sindicato de asalariados, en lucha por la defensa de
los derechos que los explotadores están dispuestos a concedernos, para
convertirnos partiendo de nuestros principios originarios, en un
sindicato de productores, dispuestos a organizar la producción desde la
democracia y la complicidad y participación de toda la sociedad.
Por el control ciudadano de la acción política
Por el control obrero de la producción.
ALGUNOS DATOS:
Empresas recuperadas.
En Argentina eclosionaron entre 2001 y 2003 y hasta el momento
existen unas 170 empresas recuperadas. Se trata de Pymes de actividades
industriales orientadas al mercado interno y competidoras de productos
importados. Tienden a concentrarse en el área metropolitana de Buenos
Aires.
En Brasil comienzan a surgir en 1994 y hasta 2002 se contabilizaban
140 empresas autogestionadas coincidiendo con Argentina en el tipo de
empresas y de actividad.
Junto al ejemplo Venezolano donde el
Estado promociona este tipo de relaciones de producción, legislando y
colaborando con los trabajadores, son la punta del iceberg de un futuro
de trabajadores sin patrones.
Actual “representatividad” de la extrema derecha en los parlamentos europeos:
Francia 17,9%; Holanda 15,45%
Dinamarca 14%; Finlandia 19%
Suecia 5,7%; Austria 28,2%
Suiza 26,6%; Hungría 16,67%
Grecia 5,3%; Dinamarca 14%
En Francia y Holanda son la tercera fuerza en sus parlamentos.
También hay representación parlamentaria en Bélgica y en Inglaterra en el parlamento europeo.
En España la extrema derecha ocupa varios puestos de poder en el Partido Popular.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.