09 mayo, 2012

EL FINAL DEL NEOLIBERALISMO. FASCISMO O DEMOCRACIA

 
 Imagen: El cuponero de la silla verdiblanca. Patentaremos la marca AndaSolo, en vez de SpaGñolo.
 
 
El final del neoliberalismo
Fascismo o democracia



El neoliberalismo como modelo político – económico teórico, dominante desde el acceso al poder de Reagan y Thatcher en 1980, en su desarrollo no ha hecho más que mostrar sus enormes deficiencias: hambre y guerra en el tercer mundo; eliminación de derechos sociales y laborales, abaratamiento masivo de la mano de obra y aumento desmedido del paro en los países “desarrollados”; y la destrucción, irreversible durante generaciones, del planeta. A la vez que los grupos financieros internacionales y las mayores transnacionales han obtenido las mayores de las ganancias y la mayor concentración de capital en toda la historia de la humanidad.
 
Todo cambia, nada permanece...
Pero una gran oleada de cambios se está haciendo visible desde el 2000 en América Latina y desde 2008 en Europa. Sin embargo existen grandes diferencias en las respuestas populares a las situaciones de crisis que provoca el modelo neoliberal. Mientras en el subcontinente americano algunos de esos cambios son estructurales, es decir, que afectan a las estructuras económicas, político – jurídicas e ideológicas del sistema Capitalista, en Europa ocurre lo contrario. Las “soluciones” y alternativas que desde la respuesta social se están dando, incluso las reformas o ajustes que acometen los gobiernos europeos a las órdenes del FMI y el BCE, no solo no afectan a las estructuras de nuestros modelos políticos y económicos, no son estructurales por lo tanto, sino que vienen a reforzar las estructuras del sistema Capitalista.
Así por ejemplo en América Latina se han iniciado procesos constituyentes, algunos de ellos incluso triunfantes (Venezuela, Bolivia, Ecuador), donde se refuerza la democracia con referéndum revocatorio de los Jefes de Estado, incluyendo los derechos de la Naturaleza o la protección de las poblaciones indígenas y de las minorías. Además adoptando medidas legislativas que protegen las producciones nacionales frente a la “libertad de mercado” y donde se está iniciando y manteniendo un buen número de empresas con control obrero, que no es otra cosa que la demostración del funcionamiento óptimo de la economía sin necesidad de patrones .
En Europa por el contrario, las repuestas sociales no señalan un camino diferente al que marca el Capitalismo, como lo demuestra el vertiginoso ascenso de la extrema derecha en los diferentes parlamentos, que liga la protección de los “intereses nacionales” a la defensa del cristianismo frente a los trabajadores de religión islámica por un lado y, por otro, con respuestas populares que se limitan a ejercer el derecho al pataleo reivindicando la vuelta a un “estado del bienestar” que nunca volverá.
Esta diversidad en las respuestas sociales a la debacle del neoliberalismo se debe sin duda a las diferencias de situación de las clases desposeídas a ambos lados del Atlántico. Hace tan solo dos décadas, los estatutos de autonomía o la ley de bases del régimen local de España, suponían reivindicaciones radicales y los derechos básicos de educación, sanidad y alimentación no se conocían salvo honrosas excepciones revolucionarias.
Pero de todas las diferencias hay una que es fundamental. La posición ante la situación de crisis de las fuerzas vivas de la sociedad. Lenin al analizar las causas de la derrota de la revolución de 1905 y el triunfo de la de 1914, mantenía que de entre todas las contradicciones que se deben de dar para el inicio de un proceso prerrevolucionario, había una que era fundamental. Todas las demás no podían ser controladas por ningún personaje u organización social por su multiplicidad. Pero que la fundamental era la creencia de las fuerzas vivas de la sociedad de la bancarrota del régimen del momento.
En América Latina el contacto entre trabajadores de la producción, amenazados por el cierre y el despido, con militantes del sindicalismo alternativo y partidos obreros extraparlamentarios, ha unido la reivindicación de la lucha por el puesto de trabajo con la conquista de la democracia y del socialismo, en definitiva, con el control obrero de la producción. En Europa por el contrario, no existen ni sindicatos alternativos ni fuerzas políticas obreras extraparlamentarias que vean aún la bancarrota del régimen del neoliberalismo y continúan con sus consignas y luchas tradicionales.
En Grecia, ejemplo para muchos de vanguardia en la lucha contra la actual crisis, no se han producido tomas de fábricas ni el control obrero de las mismas. Es más, en las pocas experiencias habidas en este sentido en lucha por el mantenimiento de los puestos de trabajo en el Hospital de Kilkís y en el periódico de mayor tirada del país, Eleftherotypia (libertad de expresión), no han sido apoyados por los sindicatos ni por el partido comunista. De hecho el hospital ya se encuentra desalojado, algo que en América Latina se habría evitado con el apoyo de esas fuerzas políticas y sindicales y la gente de los barrios que no solo colaboraban con los trabajadores llevándoles comida, sino interponiéndose entre éstos y las fuerzas policiales y militares que intentaban la recuperación de las fábricas para sus antiguos dueños.
En España el pacto constitucional del 78 murió tras la firma del Pacto por el Euro, después de un largo camino para vaciarlo de contenido. El artículo 10.1 dice textualmente: La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la Ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social.
Por el contrario, nos han convertido en mercancía, los derechos que creíamos inherentes como casa, trabajo, médico, escuela... han sido violados. Para estar vivos hay que tener dinero y para un desarrollo de la persona que nos ha convertido en herramientas que hablan y reproductores mano de obra esclava. Las leyes enriquecen a los ricos y empobrecen a los pobres y si no es suficiente se cambian esas leyes por otras mejores para que los ricos se sigan enriqueciendo a nuestra costa. El estado social lo están liquidando y el estado de derecho es solo de derecho de los explotadores. Y lo que llaman estado democrático ya hemos entendido una gran mayoría “que no nos representan”, “que lo llaman democracia y no lo es”.
Han roto los fundamentos del orden político y de la paz social. La lucha de clases soterrada durante más tres décadas se ha manifestado franca y abierta. Los poseedores han iniciado la guerra contra los desposeídos para rapiñar la riqueza social acumulada y no nos estamos enterando.
Mientras que la izquierda honesta y los trabajadores y trabajadoras no nos demos cuenta de la bancarrota del régimen del neoliberalismo no podremos poner las bases de la construcción de un mundo alternativo al que nos ofrece el Capitalismo .
Aunque vayamos despacio porque vamos lejos, tenemos que entender que ya vamos tarde, que no pasará nada si aumentamos un poco el ritmo. No podemos perder el tren del progreso nuevamente. En el 78 las fuerzas revolucionarias retrocedieron y dieron un paso a una izquierda que se definía como seria, negociadora y responsable, que según sus ideólogos, nos haría avanzar a los trabajadores y trabajadoras.
Ya estamos viendo a donde nos ha llevado esta izquierda seria, responsable y negociadora. No podemos dejar que la dirección a la respuesta de los ataques del Capitalismo la siga ostentando las ideas socialdemócratas. Es el momento de que las ideas anticapitalistas tomen el mando e iniciemos nuevamente el camino de la conquista de la democracia.

...la negación de la negación
Desde el Sindicato Unitario de Andalucía debemos luchar contra la tendencia dominante de ser un sindicato de asalariados, en lucha por la defensa de los derechos que los explotadores están dispuestos a concedernos, para convertirnos partiendo de nuestros principios originarios, en un sindicato de productores, dispuestos a organizar la producción desde la democracia y la complicidad y participación de toda la sociedad.

 Por el control ciudadano de la acción política
Por el control obrero de la producción.
 
 

 
ALGUNOS DATOS:  
 
Empresas recuperadas.
En Argentina eclosionaron entre 2001 y 2003 y hasta el momento existen unas 170 empresas recuperadas. Se trata de Pymes de actividades industriales orientadas al mercado interno y competidoras de productos importados. Tienden a concentrarse en el área metropolitana de Buenos Aires.
En Brasil comienzan a surgir en 1994 y hasta 2002 se contabilizaban 140 empresas autogestionadas coincidiendo con Argentina en el tipo de empresas y de actividad.
Junto al ejemplo Venezolano donde el Estado promociona este tipo de relaciones de producción, legislando y colaborando con los trabajadores, son la punta del iceberg de un futuro de trabajadores sin patrones.
 
Actual “representatividad” de la extrema derecha en los parlamentos europeos:  
 
Francia 17,9%; Holanda 15,45%
Dinamarca 14%; Finlandia 19%
Suecia 5,7%; Austria 28,2%
Suiza 26,6%; Hungría 16,67%
Grecia 5,3%; Dinamarca 14%
 
En Francia y Holanda son la tercera fuerza en sus parlamentos.
También hay representación parlamentaria en Bélgica y en Inglaterra en el parlamento europeo.
En España la extrema derecha ocupa varios puestos de poder en el Partido Popular.


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