Poesía de hace mil años
Por qué, no me lo pregunten, pero el hecho es que de pronto me he encontrado leyendo con avidez poesía hebrea y musulmana de Al-Andalus, escrita entre el siglo XI y el siglo XIII, sobre todo, por judíos, árabes y bereberes en lo que es hoy el sur de España.
Es casi siempre poesía escrita en árabe o en hebreo, con eventuales y muy esporádicos recursos a la lengua romance, y a pesar de formar parte del cimiento de la poesía española, es más fácil encontrarla traducida al inglés que al castellano.
Me he tomado la libertad de traducir traducciones, es decir, pasar del inglés al español poemas que fueron escritos en hebreo y árabe.
Algunos highlights: el poema "La crítica" del célebre Shmuel ha-Naguid, o Ibn Naghrela, es una verdadera lección --carta a un poeta joven, por decirlo así-- acerca de cómo se critica a un discípulo y qué debe esperar un discípulo de la crítica.
"Las moscas", del no menos genial Avraham Ibn Ezra, es una maravilla de la cotidianidad y, sin embargo, también una irreverente queja del humano sufriente al Dios que vive en la gracia eterna: noten la comparación final entre las moscas del poeta y los querubines que revolotean en torno al cómodo Dios.
Los zéjeles, como el de Ibn Quzman que coloco debajo, se originaron en la tradición árabe y pasaron a ser (hoy suena imposible) una forma típica de la poesía judía. Las palabras que aparecen en cursivas fueron escritas en lengua romance originalmente. Lo mismo pasa con la estrofa final (jarcha) de la moaxaja de Al´Acma Al-Tutili (literalmente: "El Ciego de Tudela"): escrita en español antiguo.
Aquí les copio, modestamente, mis traducciones de traducciones, y que las disfruten:
Shmuel ha-Naguid (judío, 993-1056)
La crítica
Había imaginado tu poema como a la hija del rey,
la delicia de un hombre, una mujer placentera;
o como un fuego encendido en la chimenea:
en sus rincones, cálamo, canela y mirra.
Y lo encontré exquisitamente transcrito:
todas las vocales estaban dispuestas con precisión.
En el pasado, he visto poemas de tus amigos:
eran oscuros, mientras que los tuyos eran fascinantes.
Tu discurso fluía como el agua más pura
para abluciones; pero este nuevo es una mancha.
Tú has sido para mí como un hijo preciado,
cuya calidad me siento obligado a mantener.
Así que afina tus poemas y sus temas,
y recuerda que cada uno a su manera avanza
hacia el día en que será juzgado. Y teme a los críticos,
cuyas lenguas son pulidas y afiladas como espadas.
Los múltiples problemas del hombre
¿Los múltiples problemas del hombre,
hermano mío, como la difamación y el dolor,
te sorprenden?
Considera al corazón
que los cobija a todos
con extrañeza, y no se rompe.
Primera guerra
La primera guerra parece
una hermosa muchacha
a la que todos queremos
enamorar y creer.
Después es más
como una puta repulsiva
cuyos clientes son amargos
y se lamentan.
Avraham Ibn Ezra (judío, c.1093-c.1167)
Poesía del mundo
Los árabes escriben sobre el amor alardeando,
y los romanos sobre venganzas y batallas;
los griegos sobre sabiduría y destreza,
y los persas acerca de fábulas y acertijos;
pero Israel canta –en salmos e himnos—
a Dios, el Señor de las multitudes.
Las moscas
¿A quién debo pedir ayuda en mi apremio?
Las moscas han saqueado mi hogar:
no me dejan en paz un minuto,
me atacan ferozmente como enemigos.
Por mis párpados y mis ojos, ellas corren;
en mis oídos recitan sus poemas;
como una jauría de lobos hambrientos,
devoran mi pan cuando como en soledad,
y cual si las hubiera invitado como amigos,
toman por sí solas lo que quieren.
Parece que sólo buscaran su parte
cuando les ofrezco cordero y vino;
pero resulta que eso no es suficiente:
también codician lo que es mío.
Si convoco a mis amigos a cenar,
ellas se arraciman a la cabecera de la mesa,
y por eso ansío el invierno –pues temo
morir de hambre por causa de ellas.
Su frío y su lluvia las barrerá:
gracias a Dios, que habita con los querubines.
Todros Abulafia (judío, 1247-1300)
Me he esforzado en el amor
Me he esforzado en el amor y nada he logrado
y estoy atrapado en la trampa de un venadillo:
una muchacha árabe.
Mi alma
tiene tanta hambre de un beso de su boca,
que quisiera convertirme en una mujer:
porque ella sí besa a las mujeres;
pero estoy perdido, porque soy varón.
Ibn Quzman (árabe, 1078-1160)
Zéjel (fragmento)
Mi vida transcurre entre la disipación y el exceso.
¡Qué placer! He comenzado a ser un verdadero licencioso.
De hecho, es absurdo para mí arrepentirme,
Cuando es claro que mi supervivencia sin un trago
Sería la muerte cierta.
¡Vino, vino! Y guárdense las habladurías:
¡Es verdad, me vuelvo loco cuando pierdo el control!
Mis esclavos serán liberados, mi dinero se perderá.
Durante el día se me niega una copa.
¡Si me sirvieran una doble o una quíntuple,
La vaciaría de golpe!
Y si lo hago, llenen de nuevo el jarrón.
¡Hey! Choca tu vaso con nosotros.
¡Borrachera, borrachera!
¿Qué nos preocupa la buena conducta?
Cuando quieras apurar un trago matutino,
¡Despiértame antes del volcón!
Tomen mi dinero y despilfárrenlo en trago;
Mi ropa también, y repártanla entre las putas,
Y asegúrenme que mi razonamiento es correcto.
¡Nunca me engaño en estos asuntos!
Y cuando muera, permítanme ser enterrado así:
Déjenme dormir en un viñedo, entre las viñas;
Esparzan sus hojas sobre mí como mortaja,
¡Y que haya un turbante de parras en mi cabeza!
Que mis amigos perseveren en la inmoralidad
Y que los sigan todos sus seres amados.
Y que me recuerden continuamente mientras lo hagan.
Y en cuanto a las uvas: que cualquiera que coma un racimo,
Plante los tallos sobrantes sobre mi tumba.
Ofreceré un brindis a tu salud con la copa grande;
¡Toma tu botella, elévala alto y vacíala!
Con qué maravilloso brindis has sido honrado.
Al´Acma Al-Tutili (árabe, m. 1126)
Moaxaja (fragmento)
Lágrimas que se derraman y un pecho que arde:
¡Agua y fuego!
¡Cosas que nunca se unieron salvo por instantes!
Por mi vida, es duro lo que ha dicho el censor,
Pues la vida es breve, y las batallas del amor son largas.
¡Oh, por los suspiros que traicionan al que ama!
¡Y oh, por las lágrimas que corren como arroyos!
El sueño está prohibido, lejos está cualquier milagro.
¡No hay paz ni tranquilidad!
¡Volaría, sin embargo no encuentro dónde volar!
Oh, Ka’ba, hacia donde todos los corazones viajan
Heridos de pasión que llama y respondiendo al amor,
Llamaste a un pecador de regreso hacia ti;
¡Aquí estoy! ¡No atiendo a las palabras del espía!
Permíteme viajar y rezar allí dentro;
¡No pongas excusas!
Mi corazón es la ofrenda y mis lágrimas las piedras.
Bienvenido sea él, aunque me exponga a la muerte;
De cintura flexible y de ojos lánguidos.
Oh, dureza del corazón que el amor ve suave,
¡Me has enseñado que el pensamiento puede ser hostil!
Desde que él se esfumó de aquellas noches que fueron cortas
¡Mis lágrimas manan profusamente,
Como si en mis párpados hubiera afiladas espadas!
He elegido un señor que condena injustamente;
A él aludo sin revelar su nombre
¡Mi justicia se asombra a la vista de sus maldades!
A él puedes preguntarle por el pacto y la negación.
Él arrancó, de mi sincera pasión, toda mi obediencia.
No puedo resistirme a él bajo ninguna condición:
Un señor que acusa, trata duramente y se demora;
Que me dejó en prenda a la angustia y la enfermedad,
Y luego cantó con un aire entre el descaro y el amor:
“Meu l-habib enfermo de mi amar.
¿Que no ha d’estar?
¿No ves a mibe que s’ha de no llegar?" *
* "Mi amado está enfermo de amarme / ¿Cómo no lo ha de estar? / ¿No ves que le prohiben acercarse a mí?"
Fuente: http://puenteareo1.blogspot.com.es/2010/01/poesia-de-hace-mil-anos.html