14 diciembre, 2006

UN VENDEDOR DEL TRADICIONALISMO SEVILLANO PILLADO


Antonio Burgos se le llena la casa de libros los vende. Esto no tiene nada de extraño, si no fuera porque los libros que vende el afamado escritor sevillano proceden de donaciones y obsequios. A Antonio Burgos, como a cualquier escritor, le llegan mensualmente docenas de libros regalados a su casa. De editoriales, de instituciones, de colegas, de amigos, de admiradores… . Es de suponer que una buena parte de esos libros no le interese un comino y no haya más remedio que desprenderse de ellos porque ya no quedan huecos en los salones, despachos y pasillos de sus espaciosas casas. Lo ético, en estos casos, y tal como acostumbran la mayoría de las personas que acumulan volúmenes considerables de libros por la misma vía del regalo, es donarlos a cualquier biblioteca o darlos, sencillamente. Pero no es el caso. Burgos prefiere sacarse unos cuartillos a costa de sus amiguetes y admiradores. Vende los libros que él considera que no son dignos de ocupar los estantes de su casa. Y los vende a las librerías de libro antiguo o de ocasión hasta el punto que un señor ha coincidido con una dedicatoria, nada más y nada menos, de Jiménez Losantos dirigida al don Antonio.
Las fotografías hablan por sí mismas.
Fuente: Ángel R.