La suma de los factores en política son una constante alterable con mucha frecuencia. Tras un discurso en la inauguración de un acto a donde asistió un antropólogo netamente andaluz, se pronunciaron palabras que incidían en el objeto del gobierno hacia la ciudadanía: hacerlos hombres y mujeres del PENSAMIENTO ÚNICO.
Estos términos son antiguos y encierran varios significados. Pero lo que se ha de decir en la cabecera de este texto que lees, es que todo a nuestro alrededor está tomando el mismo color, todos nos parecemos más y nos quieren ver como sujetos uniformados.
El culpable sin duda es la falta de embate y de reemplazo que tiene la gobernanza andaluza. Han descubierto que con ferias, toros, futbol y baloncesto y congresos de tapas y comidas GRATIS TODO TODO, los andaluces caminan. Y como esto necesita sólo que llegue a TODOS LOS HOGARES, el voluntarioso Manuel Chaves, lo invierte todo en MEDIOS para asegurar que cada ciudadano tiene el buzón plagado de papel verjurado de 120 gramos color crema para INVITARLO GRATIS TODO TODO.
La apátheia o la ataraxia, es decir la imperturbilidad ante las cosas que nos pasan, acompaña a todas estas estrategias que los poderes políticos realizan a diario. Pero en este caso, ésta apatía o impasibilidad depende de uno y de otro, de nosotros y de todos. PORQUE NO TODOS SOMOS IGUALES, ... los de la camisa AZUL... .
Desde 2003 en este país, se censura democráticamente. A continuación un ejemplo pionero.
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Así están las cosas: la alarma ha sonado.
Hay momentos en los que nos reunimos para compartir alegrías.
Otros, para compartir penas.
Y hay momentos en los que nos reunimos para compartir preocupaciones.
Este es uno de ellos. Los de siempre quieren cerrar GARA. Una vez más, apenas si nos dejan decir que somos quien somos, según los conocidos versos del poeta Gabriel Celaya cantados por Paco Ibáñez.
Desde su nacimiento, GARA ha venido siendo atentamento observado por el PODER que, fundamentalmente desde Madrid, vigila las disidencias, para él distorsiones de la verdad oficial de los no afectos al sistema.
Al comportarse de este modo, el PODER que nos ha tocado en nuestra mala suerte es coherente con una arraigada tradición que se remonta a un lejano pasado del que todavía se nutre y al que acude cuando considera que el momento es propicio para poner orden, concretamente su orden, en el mundo de los pensamientos, de las ideas, de la imaginación.
GARA no es sólo un periódico incómodo para el PODER constituido. Es bastante más, es un periódico incontrolable que trata de materias que ese PODER considera de alto riesgo, como si fuera material radioactivo, como todo lo que concierne a Euskadi y a su autodeterminación, como todo lo que también concierne a su alinieamiento con el tercer mundo, a su toma de posiciones contra las agresiones de los poderosos, a su denuncia del despiadado capitalismo; en definitiva, a su ubicación dentro de lo que se conoce por la izquierda avanzada frente a los reaccionarios de todos los pelajes y latitudes.
A lo largo de la historia, desde que Gutemberg inventara la imprenta, el PODER allá donde se encontrara, en el poderoso reino o en el reducido ducado, ha desconfiado de la letra impresa. Se percataron inmediatamente de que a través de la palabra escrita se introducían en sus dominios y en sus dogmas un caballo de Troya, repleta su panza de razonamiento, de críticas, de esperanzas, de rebeldías, que podían convertir en ruinas el orden establecido.
Fue el Papado el que se dio cuenta inmediatamente del peligro imponiendo desde el primer momento férreos controles a toda publicación. El “Imprimi potest” y el “Nihil obstat” que todavía se consignan en los libros religiosos son los residuos de lo que constituyó un control sistemático de toda publicación. Los príncipes laicos, alumnos aventajados, aprendieron inmediatamente la lección y la aplicaron . En el siglo XVI el control de la Inquisición en España llegó al extremo delirante de imponer a los libreros la obligación bajo severas penas materiales y espirituales, de confeccionar listas de todos los clientes que hubieran comprado aunque fuera un solo libro, con la fecha de la compra, el título de la obra y el autor.
Esta situación se acrecienta y se multiplica por equis con el fenómeno de la prensa periódica.
Los poderosos también se dieron cuenta de los pros y los contras de su aparición, que solucionaron monopolizando su publicación. En el siglo XVII los Estuardos en Inglaterra y los Borbones en Francia editan sus propios periódicos. Son los fundadores de lo que llamamos prensa. A partir de ahí, una sorda lucha se entabla entre los monarcas coronados y los filósofos y revolucionarios del siglo XVIII para acceder a la prensa libre. Las declaraciones de la Independencia Americana y la Revolución Francesa proclamaron de forma destacada el derecho a la libertad de prensa.
A partir de ahí, la libertad de prensa ha venido asociada a la libertad de los pueblos.
Sin embargo, a pesar de la declaración de esos principios, y como si fuera algo consustancial a su naturaleza, los PODERES constituidos siguen recelando de la prensa libre.
Actualmente, muchos periódicos se publican pero no todos merecen el calificativo de prensa libre. No desde luego aquellos que se especializan en las lisonjas y las adulaciones al PODER constituido o, lo que es equivalente, se autocensuran para no formular críticas del sistema o a formularlas tan ligeras y educadas que más parecen cariñosas reprimendas que denuncias auténticas.
GARA se ha ganado en su corta vida por derecho propio el formar parte de la prensa libre. Sólo por esta razón no es grato al PODER. Sólo por esta razón su existencia puede correr peligro y, con ella, la voz y la palabra de una parte importante del pueblo vasco. GARA necesita a sus más de 130.000 lectores y éstos necesitan a GARA. Se necesitan mutuamente. En la actual crisis, sin la ayuda de esos lectores GARA no es nada. Con su ayuda lo es todo y más aún, supone compartir con ellos un proyecto histórico.
Donostia, a 5 de julio de 2003
INICIATIVA POR LA LIBERTAD DE PRENSA
Hay momentos en los que nos reunimos para compartir alegrías.
Otros, para compartir penas.
Y hay momentos en los que nos reunimos para compartir preocupaciones.
Este es uno de ellos. Los de siempre quieren cerrar GARA. Una vez más, apenas si nos dejan decir que somos quien somos, según los conocidos versos del poeta Gabriel Celaya cantados por Paco Ibáñez.
Desde su nacimiento, GARA ha venido siendo atentamento observado por el PODER que, fundamentalmente desde Madrid, vigila las disidencias, para él distorsiones de la verdad oficial de los no afectos al sistema.
Al comportarse de este modo, el PODER que nos ha tocado en nuestra mala suerte es coherente con una arraigada tradición que se remonta a un lejano pasado del que todavía se nutre y al que acude cuando considera que el momento es propicio para poner orden, concretamente su orden, en el mundo de los pensamientos, de las ideas, de la imaginación.
GARA no es sólo un periódico incómodo para el PODER constituido. Es bastante más, es un periódico incontrolable que trata de materias que ese PODER considera de alto riesgo, como si fuera material radioactivo, como todo lo que concierne a Euskadi y a su autodeterminación, como todo lo que también concierne a su alinieamiento con el tercer mundo, a su toma de posiciones contra las agresiones de los poderosos, a su denuncia del despiadado capitalismo; en definitiva, a su ubicación dentro de lo que se conoce por la izquierda avanzada frente a los reaccionarios de todos los pelajes y latitudes.
A lo largo de la historia, desde que Gutemberg inventara la imprenta, el PODER allá donde se encontrara, en el poderoso reino o en el reducido ducado, ha desconfiado de la letra impresa. Se percataron inmediatamente de que a través de la palabra escrita se introducían en sus dominios y en sus dogmas un caballo de Troya, repleta su panza de razonamiento, de críticas, de esperanzas, de rebeldías, que podían convertir en ruinas el orden establecido.
Fue el Papado el que se dio cuenta inmediatamente del peligro imponiendo desde el primer momento férreos controles a toda publicación. El “Imprimi potest” y el “Nihil obstat” que todavía se consignan en los libros religiosos son los residuos de lo que constituyó un control sistemático de toda publicación. Los príncipes laicos, alumnos aventajados, aprendieron inmediatamente la lección y la aplicaron . En el siglo XVI el control de la Inquisición en España llegó al extremo delirante de imponer a los libreros la obligación bajo severas penas materiales y espirituales, de confeccionar listas de todos los clientes que hubieran comprado aunque fuera un solo libro, con la fecha de la compra, el título de la obra y el autor.
Esta situación se acrecienta y se multiplica por equis con el fenómeno de la prensa periódica.
Los poderosos también se dieron cuenta de los pros y los contras de su aparición, que solucionaron monopolizando su publicación. En el siglo XVII los Estuardos en Inglaterra y los Borbones en Francia editan sus propios periódicos. Son los fundadores de lo que llamamos prensa. A partir de ahí, una sorda lucha se entabla entre los monarcas coronados y los filósofos y revolucionarios del siglo XVIII para acceder a la prensa libre. Las declaraciones de la Independencia Americana y la Revolución Francesa proclamaron de forma destacada el derecho a la libertad de prensa.
A partir de ahí, la libertad de prensa ha venido asociada a la libertad de los pueblos.
Sin embargo, a pesar de la declaración de esos principios, y como si fuera algo consustancial a su naturaleza, los PODERES constituidos siguen recelando de la prensa libre.
Actualmente, muchos periódicos se publican pero no todos merecen el calificativo de prensa libre. No desde luego aquellos que se especializan en las lisonjas y las adulaciones al PODER constituido o, lo que es equivalente, se autocensuran para no formular críticas del sistema o a formularlas tan ligeras y educadas que más parecen cariñosas reprimendas que denuncias auténticas.
GARA se ha ganado en su corta vida por derecho propio el formar parte de la prensa libre. Sólo por esta razón no es grato al PODER. Sólo por esta razón su existencia puede correr peligro y, con ella, la voz y la palabra de una parte importante del pueblo vasco. GARA necesita a sus más de 130.000 lectores y éstos necesitan a GARA. Se necesitan mutuamente. En la actual crisis, sin la ayuda de esos lectores GARA no es nada. Con su ayuda lo es todo y más aún, supone compartir con ellos un proyecto histórico.
Donostia, a 5 de julio de 2003
INICIATIVA POR LA LIBERTAD DE PRENSA
Fuente:www.denokgara.net/prentsa_askatasuna_es.doc
La prensa andaluza, prensa del poder.