Ya es inútil esa marea de opinadorxs profesionales. Andalucía es devastada por el austericidio, el expolio de sus escasos bienes industrializadores y el monopolio de los nuevos compradores capitalistas. Nuestros especialistas se dedican a dar opiniones que brillan por su pobre dialéctica y su abundante paja. Coexisten opinadores (Diario Público, Mogolia, Attac, Plataformas, y otros extremos) que no se han enterado que es fácil enumerar el hambre que pasamos aquí y ahora.
Han proliferado como hongos la publicidad en televisión, el tentáculo del catolicismo y su iglesia, la preponderancia de los símbolos de Estado, la omnipresencia del deporte, la Cultura como mero entretenimiento, el individualismo y la denuncia vecinal, la altarización de los cuerpos opresores del estado, el crecimiento incontrolado del sector terciario y el desmantelamiento del espíritu estudiantil.
En resumen, han sabido dónde y cómo atacar para apagar un pueblo que ha sufrido múltiples degradaciones.
Estos opinadores, entre los cuales incluyo esta opinión, no se enterarán nunca que la historia de cualquier revolución ha estado cerca de la violencia. Y que con ella nos pagan a través de una democracia de algodón. Y que de ella habrá que salir de la misma forma también.
Artículo
Andalucía en el punto de mira
Las políticas de austeridad son las causantes del deterioro de la actividad productiva y del empleo
Juan Torres 3 NOV 2013 - 01:00 CET4
Días atrás, una cadena europea de televisión me pidió una entrevista sobre los problemas de la economía andaluza. Cuando quedé a su disposición en mi despacho me indicaron que querían localizarla en algún lugar donde hubiese un proyecto financiado con fondos europeos “mal gestionados”. Les mostré mi sorpresa diciéndoles que hay muchísimos más proyectos perfectamente financiados y que hacerlo así me parecía sesgado. Me dijeron que lo que querían era mostrar que en Andalucía se había dilapidado el dinero europeo y les respondí que podría ser que eso hubiera ocurrido algunas veces pero que ese tipo de casos, o incluso de corrupción, han sido los menos y muy posiblemente en menor cuantía que en otros territorios. Les ofrecí algunos datos y les llamé la atención sobre la realidad incuestionable del progreso que ha tenido Andalucía en los últimos años, algo que no hubiera sido posible si, como me decían, todos los fondos europeos hubieran sido utilizados con clientelismo y amiguismo.
Ante mis indicaciones, mi interlocutora me dijo que el programa se destinaba a mostrar que el mal uso del dinero procedente de Europa es lo que explica que Andalucía tenga un nivel de paro tan elevado y que siga estando en los últimos lugares de las regiones europeas por ingresos y riqueza, a lo que contesté que esto último es cierto pero no por esa razón. Le expliqué que, sin perjuicio de reconocer los errores que aquí cometemos, no se puede tener en cuenta solo el dinero que ha entrado sino también el que sale, como consecuencia de que gran parte de nuestras empresas e incluso de sectores enteros hayan pasado a ser propiedad de capital europeo que se lleva ingresos y que impone una lógica productiva que impide que Andalucía cree y se apropie de todo el valor añadido que se podría generar y aplicar en nuestra economía. Eso hace que el saldo final no sea tan favorable a nuestra tierra como a primera vista puede parecer.
Además, le dije que el paro andaluz y la distancia con otras regiones más ricas también tiene mucho que ver con las políticas europeas de los últimos años y en especial con las que se vienen aplicando durante la crisis. Los estudios empíricos muestran que han producido un gran incremento en la desigualdad entre los territorios y las personas. Diversos análisis, por ejemplo, señalan que esas políticas han aumentado las disparidades entre las regiones más ricas y más pobres de la Europa de los 15 entre un 30% y un 40% de 1995 a 2007. Y es cada vez más obvio que las recientes políticas de austeridad son las causantes del deterioro de la actividad productiva, del empleo y del bienestar en las economías, sectores y personas más débiles, justo porque solo están concebidas para reforzar a los ya de por sí más fuertes y privilegiados.
No se cuál será el resultado final del programa pero la forma de abordarlo creo que refleja la estrategia que se está imponiendo en toda Europa cuando los grandes poderes empresariales y financieros se empeñan en reducir o eliminar las políticas de igualdad y los derechos sociales: convencer a la gente de que los fondos públicos redistributivos son innecesarios porque se dilapidan por quienes los reciben, malgastándolos o dándolos solo a sus amigos, como se dice que pasa en Andalucía con todo el dinero europeo.
El engaño es tan viejo como la humanidad y consiste en hacer creer a las víctimas que son las culpables de los males que otros les provocan. Y lo lamentable es que son medios de comunicación y algunos gobernantes quienes lo diseñan y difunden, como hizo la vicepresidenta Sáenz de Santamaría al decir que había 520.000 defraudadores del subsidio de desempleo cuando en realidad solo se habían detectado unos 6.000.
Hay que combatir la corrupción y la mala gestión de los fondos públicos, todo lo cual existe y nos hace mucho daño en Andalucía, pero no se puede dar pábulo a generalizaciones de este tipo que solo persiguen que los andaluces nos derrotemos a nosotros mismos.
@juantorreslopez
Fuente: El País