05 mayo, 2006

SE VENDE ANDALUZ

Hay que darse cuenta de la venta masiva de andaluces que se está produciendo de modo irreversible en nuestras grandes ciudades, y, en consecuencia, provincias y pueblos. Los grandes empresarios han descubierto el filón de este siglo y unido a la especulación inmobiliaria, ha sobrevenido el boom de los grandes centros comerciales donde enaltecer consumo y ocio sin los márgenes bien diferenciados.

Un cambio en la actitud general de la ciudadanía, relacionada de modo directo con un estudio de mercado, población, consumo y hábitos por parte de las grandes empresas, han acorralado al consumidor para que olvide el pequeño comercio a cambio de obtener todas las necesidades básicas en un mismo lugar. Sólo en la ciudad de Sevilla se han instalado grandes centros comerciales en los grandes distritos que han disfrutado de ventajas similares a la cercana operación Malaya; revalorización del suelo, acoso vecinal, favoritismos del Ayuntamiento y Junta, y molestias públicas a cambio de agrados privados: hablo del que será llamado Florida Center, con grandes aparcamientos, apadrinado por el señor del Nido, como un futuro ejemplo.

El caso es que no existen focos reivindicativos que apunten a estas grandes superficies, a excepción de los cegetistas y cenetianos que alguna vez hicieron sonar sus tambores. Hay que combatir el abuso de la expansión económica a un pueblo en salario, forma y horas deprimido, y establecer una postura radical ante Opencor de 8 a 2 de la madrugada, ante MAS, que forma a trabajadores para recibir las ayudas del Fondo Social Europeo y ante Mercadona, con su boicot a la compra de productos de Andalucía, para llegar a dignificar nuestra condición.

En el norte, a los andaluces nos ven como personas en las que todo cabe. En parte puede existir una necesidad relacionada con la economía andaluza o en la evolución del sector industrial en los últimos veinte años. Pero somos culpables en el sentido en que , por ejemplo, las cuatro provincias occidentales andaluzas han puesto de manifiesto en un estudio (Cáceres, 2001) que la emergencia de empresarios de aquí se ve perjudicada por la escasa consideración de los ciudadanos a la figura del empresario, al temor del pueblo al riesgo y al desapego a las nuevas iniciativas. Por tanto, el limitado número de empresas en Andalucía, al igual que estos centros comerciales a los que critico, está unido al acojone que sentimos como herederos (por qué no) de los saqueos del pueblo (por qué no también), catalán.

El comercio en Andalucía sin ser andaluz, - alimentado por nosotros- , no puede seguir prostituido por el precio, la escasez del tiempo, la novedad, la originalidad, o cualquier otra excusa. Consumir conscientemente puede ser útil desde comprar productos de la tierra hasta el proceso mismo de la reutilización de su envase (que también es generar). Enumero en un instante, con qué pocas empresas contamos que repercutan en el exterior significativamente: Endesa, Abengoa, C.A.S.A, Atlantic Cooper, Heineken, Puleva, A. Domeq Spirits, FASA Renault, Rendelsur, Arrocerías Herba, Santana Motor, Osborne, Delphi Automóviles, Valeo Iluminación, Pepsico, Grupo ENCE, Miguel Gallego, Fertiberia y Torras papel.
(Fuente: Andalistas económicos de Andalucía)


Son casi 43.000 puestos de trabajo ubicados en nuestra región. A partir de este resultado y sumando los cientos de miles (550.000 aprox. ) funcionarios de la Junta de Andalucía, ¿dónde va a estar el resto?. No hay empresas propias ni empleados de la función púlica estatal, que cubra los millones de andaluces que somos. El paro y el desempleo aquí es siempre el doble de lo que anuncian. No creamos en los medios políticamente alineados.

Guerra a las grandes superficies.
juan monje