Antes que señalar de oportunista, se debe llamar oportuno a este cantaor letrado. Entre la entrevista estabas tú. De San Juan Evangelista llegaron muchos de los que hoy soportan el peso de los flamencos de hoy, como vino el Poeta (José Luis Ortiz Nuevo) y otros que tú sabes con tus ciencias infusas , a introducirle picos rojos y verdes a las letritas. Si de verdad, querido Rafael, los "sueños de Niño son/caballos en un museo (...)", envío este post sugerido por Manolo; que no por mí. Y si te gusta, en el Peligro de la barra nos veremos.
Espero que encuentres consuelo y paralelo entre los tuyos. La izquierda militante tiene padre y madre, por muy tontos que se pongan los nenes.
Un abrazo a repartir.
Juan.
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Las voces que no callaron. Flamenco y revolución. Juan Pinilla Martín
144 páginas + CD
18,00 euros
Atrapasueños
La rebeldía y el flamenco no siempre han ido de la mano, pero obviar en la historia del flamenco la importancia del pensamiento crítico y la acción política es eliminar de un plumazo lo que siempre se quiere quitar de la Historia: el compromiso del arte por cambiar el mundo. Juan Pinilla, cantaor y periodista, nos ofrece un repaso riguroso sobre artistas flamencos que han seguido durante una parte de su vida la senda de reivindicación social, o directamente han estado comprometidos como el caso de algunos con la II República. En esta bella historia del arte flamenco aparecen nombres más o menos conocidos por su importancia tales como el Chato de las Ventas, Corruco de Algeciras, Guerrita, Manuel Vallejo, Niña de los Peines o Angelillo... Un paseo necesario e interesante por esta historia comprometida del flamenco, que nos servirá para seguir buscando una conexión entre la realidad y el arte, entre el compromiso y la belleza del flamenco. El libro se completa con un CD en el que Juan Pinilla canta una selección de letras y estilos reivindicativos de todas las épocas del flamenco acompañado por ilustres guitarristas.
El cantaor presenta su disco-libro 'Las voces que no callaron. Flamenco y revolución'
Morente cantó en el colegio San Juan Evangelista el mismo día en que murió Carrero Blanco: "Para ese coche funerario no me quito el sombrero/ porque la persona que va ahí dentro/ me ha hecho pasar los más grandes tormentos". La letrilla le valió la suspensión del recital y una multa de 100.000 pesetas. Más infortunado aún fue Corruco de Algeciras, el cantaor republicano por excelencia, que murió vistiendo el uniforme nacional en la Batalla del Ebro. Son algunas de las historias que recopila el cantaor Juan Pinilla (Huétor Tájar, 1983) en el libro-disco Las voces que no callaron. Flamenco y revolución que presenta hoy en el Teatro de CajaGranada (21:30 horas). Quienes le conocen no se asombran de que interprete letras de Groucho Marx o Nietszche, pero en los últimos tiempos se ha aventurado a cantar incluso en euskera. De hecho actuará en Ondarroa invitado por el ayuntamiento de Bildu.
-Una de las conclusiones de Las voces que no callaron es que, repasando sus biografías, los flamencos han sido más ácratas que izquierdistas...
-Los amigos, con buena intención, me dicen "no te metas tanto en política, que te va a traer problemas". Pero lo que yo hago es hablar de la historia, de una historia de la que apenas se ha hablado. En el flamenco hubo algo parecido a la nova cançó de los cantantes protesta. Las reivindicaciones históricas de las letras del flamenco tienen que ver con la izquierda, pero los artistas flamencos son ácratas y libres por naturaleza.
-Habla en el libro de los cantaores de izquierdas, pero ¿quién ha sido el cantaor de la derecha por excelencia?
-A Manolo Caracol se le ha tenido por un cantaor de derechas, incluso se cuenta que imploró a Franco de rodillas que le concediera la licencia para poder abrir Canasteros. Caracol cantó con la República pero después se acercó al franquismo, por lo menos así lo reconocen algunos. Lo que ocurre es que Caracol es tan respetado como cantaor que se pasa de puntillas por esto.
-Otros artistas en cambio son de izquierdas o de derechas dependiendo de quién les subvencione...
-Hay mucha incultura todavía y lo de las subvenciones es grave porque antes era el señorito y ahora son las administraciones. No se puede depender de unas instituciones que dan las subvenciones con unos criterios que yo al menos desconozco.
-¿Hay muchos artistas flamencos que simpaticen con el 15-M?
-No, en el mundo del flamenco y en la cultura en general no hay reivindicación, salvo los nombres de siempre que tienen conciencia y no separan lo humano de lo artístico. En mi caso, el 15-M me despierta también recelos porque no concibo meter a Rajoy en el mismo saco que a Julio Anguita o Cayo Lara, me demuestran una incultura política enorme. No concibo el voto en blanco porque van a hacerle el juego a la derecha. En cuanto a lo demás suscribo la lucha por los derechos porque yo mismo sufro muchos problemas económicos por ser coherente y por dar de alta a mis artistas en la Seguridad Social con los cachés en los que me muevo, pero llega un punto en el que los ayuntamientos no pagan y me cuesta la misma vida salir adelante.
-Volviendo al meollo del libro, ¿los cantaores republicanos que se quedaron en España vivieron también un exilio interior como Vicente Aleixandre o como los poetas de la Generación del 50?
-Claro, especialmente Juanito Valderrama, que tiene la anécdota famosa de que tuvo que cantarle a Franco varias veces El emigrante y él estaba más que asustado por el contenido de la letra. Muchos fueron al exilio, como Carmen Amaya, Sabicas, Niño de Utrera... Otros optaron por quedarse y tuvieron represalias. En el caso de Juanito Valderrama no sólo consiguió salir adelante sino que pudo darle de comer a muchos que habían sido republicanos, como Paco Cepero.
-Otra anécdota famosa fue la que protagonizó Enrique Morente en los setenta en un mitin del PCE en Cataluña, donde cantó todas las letras de santos y vírgenes que se le ocurrieron. ¿Otro común denominador de los artistas flamencos es la contradicción?
-Enrique decía que eso era una misa flamenca agnóstica. Yo soy ateo pero no estoy al margen de la sociedad que ha creado la moral judeocristiana, no creo en Dios pero existe una Iglesia. ¡Y menuda es en algunos aspectos! La gente me dice que por qué canto saetas siendo agnóstico, pero es que la saeta es espectacular desde el punto de vista popular. Canto a San Juan de la Cruz y tengo que entender y sentir lo que escribió aunque no lo comparta.
-¿Los flamencos comunistas son dudosos también para la propia izquierda?
-El artista tiene sus ideas y no siempre tienen que ir parejas a las de un partido. Nadie es apolítico pero sí apartidista. Nadie duda del compromiso de Paco Moyano, Manuel Gerena o José Menese. Quien más popularidad alcanzó fue Gerena porque fue amigo de Pablo Neruda y autores como Blas de Otero o Alberti escribieron sobre él. También estuvo muy relacionado con el PCE y con Santiago Carrillo, pero nuestro Paco Moyano, que era de Alhama, sufrió torturas de verdad, cárceles y palizas.
-¿Antonio Gades fue quien más se mojó públicamente?
-Es curioso porque a Gades le tildaban de dictador y él decía que una cosa era la dictadura que se impone y otra cosa la disciplina que te enseña el método para llegar a algo. Gades fue de los más coherentes junto a Paco Moyano: cuando le dieron el Premio Príncipe de Asturias agradeció el galardón pero no lo aceptó porque no estaba de acuerdo con esa institución.
¿Qué le cantó a Mario Vargas Llosa en una fiesta privada tras la participación del Nobel en el Festival de Poesía de Granada?
-Le canté letras de Chavela Vargas por bulerías y letras Lorca y Alberti por alegrías. Tengo mala memoria para estas cosas pero también le he cantado a Darío Fo y a Saramago, por hablar de Premios Nobel.
-Si se le pregunta a cualquier artista joven, enseguida aparece el topicazo de hablar del respeto a los mayores, de aprender de ellos. ¿Se quedan sólo en lo artístico y no profundizan en lo humano?
-Es un tópico porque a mí hay personas que no merecen respeto. Por ejemplo a Agujetas lo respeto como artista pero no como persona. Yo admiro a los que admiraba Enrique Morente, personas elegantes hasta en la forma de vestir, auténticos caballeros.
-¿Qué le pareció la duquesa de Alba por bulerías en su boda?
-Lamentable, es el esperpento andaluz. Yo amo Andalucía pero Andalucía no me representa. Que después de tantos años seamos la tierra donde hay más latifundistas y que existan privilegios otorgados por sangre es lamentable.
Fuente: Granada Hoy