ÉBOLA: CRÓNICA DE UN DESPROPÓSITO ANUNCIADO | ||
CAS Madrid - 2014-10-07 | ||
Nota de prensa.
Coordinadora Anti Privatización de la Sanidad. 7-10-2014
La Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad emitió un comunicado el 7de agosto pasado[1] calificando de
irresponsable la decisión del Ministerio y de la Consejería de Sanidad
de Madrid de repatriar al primer enfermo de Ébola, porque suponía “importar
de forma premeditada lo que era el primer caso en el Estado español y
en Europa, y someter a un riesgo absolutamente injustificado a las
trabajadoras y trabajadores del Hospital Carlos III y en general a toda
la población”.
Ninguna
otra organización, ni sindical, ni científica, cuestionó una medida
inaceptable desde el punto de vista epidemiológico por cuanto implicaba
introducir un foco de infección originado por una cepa – la Ébola-Zaire -
altamente contagiosa, muy letal y para la que no se conoce tratamiento
eficaz.
De
ninguna manera - señalábamos – la repatriación de esos dos enfermos
tenía la justificación de que aquí se les pudiera aportar otro
tratamiento – el paliativo – que el que se les hubiera podido garantizar
enviando hospitales o laboratorios de campaña, además de enviar
recursos sanitarios a la zona afectada.
Así mismo destacábamos la “aberración
sanitaria que había supuesto el cierre a principios de este año de las
instalaciones que hacían del Hospital Carlos III el centro de referencia
estatal para alertas epidémicas, sin que ningún otro se hubiera abierto
en ninguna otra Comunidad Autónoma”. Tal medida tenía por
objeto convertir al citado Hospital – así como al Hospital de la
Princesa – en centro para el tratamiento de enfermos crónicos y asegurar
así el negocio de la privada, descargándoles de los pacientes “no
rentables.
Desgraciadamente
la confirmación del contagio de la compañera Teresa, trabajadora
sanitaria del H. Carlos III y que estuvo en contacto con el segundo
paciente, y el aislamiento de otras personas, confirma punto por punto
todo lo que hace dos meses denunciaba CAS Madrid.
Ahora podemos añadir lo siguiente:
1º
El desmantelamiento de la planta sexta, en la que se ubicaba el centro
de referencia para emergencias epidémicas, supuso la dispersión de todo
el personal sanitario debidamente formado y entrenado en la aplicación
de protocolos para el adecuado tratamiento y aislamiento de enfermedades
de alto riesgo de contagio. De todo el citado personal, sólo queda
ahora una enfermera en turno de mañana y otra en el de tarde.
2º
La planta sexta se abre para ingresar al primer paciente de Ébola tras
impartir al personal sanitario un curso de menos de una hora en el que
se explicaba como ponerse y quitarse el traje. Tras el ingreso del
segundo enfermo se imparte otro curso de la misma duración en el que se
añaden algunas nociones acerca del manejo de residuos.
3º
Dado que se desconocen exactamente los mecanismos de transmisión – y,
por ejemplo la distancia a la cual una gota de saliva puede ser o no
contagiosa, los protocolos internacionales aconsejan las más altas
medidas de aislamiento-.
Los
trajes de aislamiento que está utilizando el personal sanitario son los
de “riesgo biológico 3”, menos herméticos – porque están fabricados con
material más poroso y en los que las gafas no están selladas con el
gorro - que “los de riesgo biológico 4” usados en otros países.
4º
Por las mismas razones, en otros países se han establecido protocolos
para el seguimiento de las personas que han estado en contacto con los
enfermos debe ser estricto durante los 21 días del periodo de incubación
de la enfermedad, a quienes no se les permite, por ejemplo, irse de
vacaciones.
5º
Denunciamos que la Unión Europea, ante la epidemia de Ébola en países
ricos en materias primas y pobrísimos en recursos sanitarios – lejos de
enviar ayuda – a lo que se ha dedicado es a blindar aún más sus
fronteras ante la población inmigrante.
Más
vergonzosa aún, si cabe es la decisión de EE.UU. de enviar 3.000
soldados – sin experiencia sanitaria documentada- para “combatir la
epidemia”.
Ante
tanto cinismo y menosprecio de la vida de las personas por parte de las
grandes potencias, destaca la decisión de Cuba – un país pobre de once
millones de habitantes – de enviar 165 médicos a Sierra Leona.
6º
Ante una epidemia de la gravedad de ésta y que ha saltado ya a Europa y
a EE.UU., llama poderosamente la atención que no se hayan publicado
estudios pormenorizados sobre el foco inicial de una infección tan
virulenta y letal. Apuntamos al respecto la coincidencia de este brote
epidémico con la existencia de un laboratorio en el hospital de Kenema,
en Sierra Leona, que estaba trabajando sobre el virus del Ébola y que
colabora con el Instituto de Investigación Médica de Enfermedades
Infecciosas de la Armada de EE.UU, sobre armas biológicas.[2]
Desde
CAS Madrid exigimos la depuración inmediata de responsabilidades entre
todos los políticos y gestores que han tomado las decisiones de
repatriar a los pacientes infectados, así como de gestión de la
atención, hechos que han puesto en riesgo gravemente la salud de
trabajadores y población, por lo que la única postura decente sería
reconocer sus errores y presentar la dimisión.
Por
otra parte, nos reafirmarnos en nuestra denuncia de que lo ocurrido es
en parte resultado del proceso de deterioro, desmantelamiento y
privatización de la sanidad, que se viene realizando ininterrumpidamente
desde 2005 en esta comunidad autónoma, y que pese a informaciones
interesadas, en ningún momento se ha paralizado.
Madrid, 7 de octubre de 2014
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