Global survey on Internet Privacy and Freedom of
Expression. [e-Book] Paris, Unesco, 2012
Texto
completo
La necesidad de privacidad es un sentimiento muy arraigado en los seres
humanos. En su forma más esencial, la privacidad se basa en la noción de
integridad y dignidad personales. Sin embargo, esto también es difícil de
definir con precisión en diferentes contextos que abarcan desde el
derecho a la libertad de pensamiento y de conciencia, el derecho a estar
solo, el derecho a controlar su propio cuerpo, el derecho de proteger la
reputación, el derecho a una vida familiar y el derecho a una sexualidad
propia. Además estos significados varían de un contexto a otro. A pesar
de su ubicuidad no hay una definición de privacidad que se entienda
universalmente de la misma manera. Privacidad en el mundo moderno tiene
dos dimensiones – en primer lugar, las cuestiones que tienen que ver con
la identidad de una persona y en segundo lugar, la manera en que es
difundida la información personal. En el contexto actual el derecho a la
privacidad está enmarcado y moldeado por las posibilidades que ofrecen
para la difusión de la información las nuevas tecnologías. La intimidad
en el nivel más obvio implica que se restringen las intromisiones en el
espacio físico y la protección de hogar y las pertenencias personales, se
trata de principios de protección de la e privacidad enfocados a la
inviolabilidad de la vida en el hogar y la familia.
Las preocupaciones sobre el control de la información que se conoce
acerca de una persona viene mediatizado por las tecnologías de la
comunicación. La preocupación por la erosión de la privacidad no es nueva
– de hecho, se podría argumentar que es una característica propia del
siglo XX. El papel seminal de Warren y Brandeis sobre “El derecho a la
privacidad” de 1890, redactado en un momento en que en los periódicos se
imprimen fotografías de personas fue todo un desafío en su momento. Su
definición – impulsada por una tecnología emergente como es a menudo el
caso en la vida privada – se ocupa de la protección de la “personalidad
inviolable” y que abarca valores como la dignidad individual, la
autonomía personal y independencia. El crecimiento de los medios de
comunicación modernos y el enfoque de la industria de la publicidad en la
comprensión de los deseos de los consumidores a llevado Myron Brenton a
argumentar que estamos viviendo en la “era de la pecera”, donde las vidas
privadas se hacen propiedad pública por la manipulación y el intercambio
de datos personales.