12 septiembre, 2006

SOBRE LA BIACS: COHERENCIAS

Cuando comencé a prestar atención a las distintas noticias que salían del aparato de propaganda de la Fundación BIACS, empecé a ver el sinsentido de sus propios números, sus cuentas reflejaban algo excesivamente evidente: las cifras que manejaban no cuadraban. Bastaba con hacer la cuenta de la vieja, sumar y restar sus propios datos, para poner a la reaccionaria máquina filantrópica bianalera en un serio aprieto. Sabemos que muchas máquinas se han ido al carajo por las negligencias contables de sus constructores, algunas veces olvidan pagar los impuestos, otras falsean los datos económicos, incluso se da el caso de que otras llegan a desviar fondos para menesteres ocultos. No hace falta ser un lince para seguirle la pista al dinero, por sí solo deja un rastro que es difícil de borrar. Todos intuimos las razones que mueven muchas de las numerosísimas inversiones sin ánimo de lucro que hoy día inundan la ciénaga cultural, todos sabemos cuál es y cómo es el mecanismo de acción-reacción del capital. Se autoafirma negándose, razón necesaria y suficiente para que unas inversiones en castigo cultural crítico con el sistema sean tan rentables, siempre y cuando estas se hagan como dice el director del evento bienalero, de forma tal que “el mensaje sea intelectual y complejo. Muy profundo y nada lúdico, muy intelectual, incluso sofisticadamente intelectual, pero muy interesante”; y además, está tan bien visto entre la élite empresarial sentar la “desacogedora pobreza” en la mesa de reunión, que sería hasta de mala educación no hacerlo. Es, en este tira y afloja -estar en, para después sacar de- donde se sitúa este mecenazgo tan crítico, que bien podemos llamar mecenazgo "cool": necesitamos lo más. Ejemplos de lo más: en BIACS 1 Harald Szeemann, era lo más respetado por su glorioso pasado, en BIACS 2 Okwui Enwezor es lo más respetado por su brillante futuro. El presente es lo que nosotros pagamos, donde nosotros vivimos, pero de eso, ahora, mejor no hablar, es un fantasma tan “desacogedor” que mejor será dejarlo para otro momento, ya habrá tiempo de profundizar en la naturaleza del espectro fundacional de BIACS. Casi siempre estos altruistas empresarios invierten en cultura con un único fin: la ostentación –estar en-. Es sabido por todos, que su contribución tiene enormes ventajas fiscales -lo podríamos llamar representación simbólica desgravable-. Imagino a los asesores fiscales de la Fundación BIACS –sr. Fernando Franco y Cia- estudiando el apartado de la representación simbólica desgravable en el impuesto sobre sociedades del manual de IVA, los imagino reunidos alrededor de una mesa, con el "lúdico y alegre" catálogo de BIACS 1 entre las manos, y repartiéndose las inversiones desgravables “críticas” con el sistema, a la vez que rellenan la declaración del impuesto sobre sociedades, o la declaración de la renta para las personas físicas de sus respectivos clientes. Sería un vídeo a la manera de Santiago Sierra, algo así como: "26 asesores fiscales reunidos rellenando las declaraciones de la renta de las personas físicas para los 26 patronos / fundadores de la fundación BIACS, y todo por el salario base de asesor fiscal", que para eso ha sido el elegido el señor Sierra. Basta de bromas, volvamos a lo serio, volvamos a los números.Estas son algunas de las razones por las que creo conveniente rastrear los datos que la Fundación BIACS ha ido suministrando, muchos de esos datos son verdades a medias, otras son simplemente mentiras, y todo porque como empresarios y expertos en economía en cualquiera de sus facetas, conocen los mecanismos de control, y saben que, la mayoría de las veces, nadie se entretiene en verificar la autenticidad de la información suministrada. Y claro, si no sabemos qué es verdad y qué es mentira, así nos va en nuestro enfrentamiento con el monstruo bienalero. Debemos concentrar todos nuestros ataques donde más les duele, en los resultados cuantificables, en el debe y el haber, en lo que se puede medir y controlar con los datos suministrados por el propio monstruo.Este pequeño cuento va de números, y de lo que se esconde tras ellos. CAPÍTULO 1: CESIÓN DE ESPACIOS "La Consejera destacó que, dentro del medio millón de euros que se aportará al certamen, no se incluye el coste de la cesión de los espacios del CAAC, situado en el antiguo Monasterio de la Cartuja de Sevilla, que se valoran en 30.000 euros diarios. La segunda edición de la BIACS se celebrará desde octubre de 2006 hasta enero de 2007."(EL PAIS 26/05/05)La Consejería de Cultura aporta al evento la cantidad de 500.000 euros, y además reconoce que no incluye el coste de la cesión de los espacios del CAAC, que según declaraciones de la consejera, Rosa Torres, asciende a 30.000 euros diarios. Pues veamos de cuántos días estamos hablando.¿Cuánto tiempo está cedido el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo a un grupo de empresarios que deciden montar una bienal privada?Según la información suministrada por la propia Fundación BIACS en su apartado de noticias, a través de su página web (www.fundacionbiacs.com), la bienal sevillana estará abierta al público entre los días 26 de octubre de 2006 al 15 de enero de 2007, es decir, que el CAAC estará cedido unos 82 días, y además, es necesario contar también con los días de montaje y desmontaje del evento, que si nos atenemos a la experiencia de la BIACS 1 podemos estar hablando de unos 30 o 40 días. Con estos datos, el tiempo total de cesión puede ser unos 112 o 122 días. Luego lo que la Consejera de cultura no destacó en su rueda de prensa, es que esta cesión -alquiler gratuito- del CAAC cuesta entre 3.360.000 y 3.660.000 euros. Dejémoslo en 3.500.000 euros, que sumados a los 500.000 euros que pone en efectivo para ayudar a estos empresarios en la bienal que se dice privada, suman la cantidad de 4.000.000 euros. Esta cantidad –por lo que se ve, dato sin importancia- destinada a becas como las que la Consejería de Cultura tiene en la actualidad para artes plásticas (6.000 euros para cada proyecto becado), podrían crear la friolera de 666 becas. En la actualidad, el número de becas que la Consejería de Cultura destina para proyectos artísticos es de 10. Probablemente en Andalucía no existan artistas para tantas becas, pero lo que sí parece estar claro es que las becas que hay son insuficientes, y lo que está más claro aún: que los empresarios aficionados a organizar bienales de arte privadas con fines de ostentación, reciben mucho más de la Consejería de Cultura que todos los artistas necesitados de ayudas públicas para fomentar la creación. Ante este panorama, sólo caben dos preguntas.

Fuente y autor: Isaías Griñolo