El escritor y estudioso de la obra de Blas Infante, Enrique Iniesta Coullaut-Valera, ha publicado un nuevo tomo de su obra "Blas Infante. Toda su verdad" (Almuzara), un libro que retrata la figura y actividad de este ideólogo andaluz del año 1931 a 1936, configurándose como "uno de los pocos políticos que ha sabido encontrar tiempo para leer y pensar, un moderador que supo pintar a Andalucía como nadie".
Para el autor, esta obra recoge "unos años de la vida de Blas Infante y de su querida Andalucía en torno a los que ha habido mucha leyenda, oscuridad y una profusa mezcla de nombres". Así, destacó que Blas Infante "siempre defendió su verdad con la mayor honradez posible, llevando a cabo no una lucha meramente política, sino una batalla para defender lo que él consideraba justo y verdadero".
De esta forma, Iniesta aclaró que el político andaluz solía decir que "su nacionalismo antes que andaluz era humano", así Blas Infante defendió una verdad que "reclamaba moderación", ya que fue un hombre que "conoció bien las dos clases sociales de la Andalucía de la época". A este respecto, resaltó que "vivió de primera mano" la "batalla campal" en las calles entre jornaleros y latifundistas, pues se trató de "un gran defensor de los primeros y un enamorado esposo de una niña bien de Sevilla".
Asimismo, el autor señaló que Andalucía fue el lugar donde la II República se jugó su éxito social y económico, "el problema es que se trataba de una sociedad enfrentada que terminó extremando cada una de sus vertientes, así en ese extremismo fue donde residió el fracaso". Al hilo de ello, Iniesta manifestó que Blas Infante "es dignamente considerado el padre de la patria andaluza porque consiguió entender mejor que cualquier otro la complejidad de una tierra como Andalucía".
Por otra parte, negó que el impulsor del anteproyecto del Estatuto de Autonomía abrazara el Islam en un momento de su vida, como algunas fuentes apuntan. De esta manera, afirmó que "quien tenga un mínimo conocimiento de su obra podrá comprobar que se trata de un dato totalmente incierto, ya que una cosa es mostrar interés por la fe islámica y otra muy distinta convertirse".
Igualmente, Iniesta apuntó que la elección de los años en los que se centra esta obra se debe a que "es el periodo de tiempo en el que verdaderamente comienza la Guerra Civil española, ya que ésta empieza con la tensión política de abril de 1931, continúa con la revolución de Asturias y Cataluña en 1934 y se consolida en julio de 1936 con el estallido del conflicto". A este respecto, agregó que durante la Guerra Civil se jugaron "muchas apuestas", por lo que el tema de la memoria histórica "es bastante complicado de recomponer".
Para el autor, esta obra recoge "unos años de la vida de Blas Infante y de su querida Andalucía en torno a los que ha habido mucha leyenda, oscuridad y una profusa mezcla de nombres". Así, destacó que Blas Infante "siempre defendió su verdad con la mayor honradez posible, llevando a cabo no una lucha meramente política, sino una batalla para defender lo que él consideraba justo y verdadero".
De esta forma, Iniesta aclaró que el político andaluz solía decir que "su nacionalismo antes que andaluz era humano", así Blas Infante defendió una verdad que "reclamaba moderación", ya que fue un hombre que "conoció bien las dos clases sociales de la Andalucía de la época". A este respecto, resaltó que "vivió de primera mano" la "batalla campal" en las calles entre jornaleros y latifundistas, pues se trató de "un gran defensor de los primeros y un enamorado esposo de una niña bien de Sevilla".
Asimismo, el autor señaló que Andalucía fue el lugar donde la II República se jugó su éxito social y económico, "el problema es que se trataba de una sociedad enfrentada que terminó extremando cada una de sus vertientes, así en ese extremismo fue donde residió el fracaso". Al hilo de ello, Iniesta manifestó que Blas Infante "es dignamente considerado el padre de la patria andaluza porque consiguió entender mejor que cualquier otro la complejidad de una tierra como Andalucía".
Por otra parte, negó que el impulsor del anteproyecto del Estatuto de Autonomía abrazara el Islam en un momento de su vida, como algunas fuentes apuntan. De esta manera, afirmó que "quien tenga un mínimo conocimiento de su obra podrá comprobar que se trata de un dato totalmente incierto, ya que una cosa es mostrar interés por la fe islámica y otra muy distinta convertirse".
Igualmente, Iniesta apuntó que la elección de los años en los que se centra esta obra se debe a que "es el periodo de tiempo en el que verdaderamente comienza la Guerra Civil española, ya que ésta empieza con la tensión política de abril de 1931, continúa con la revolución de Asturias y Cataluña en 1934 y se consolida en julio de 1936 con el estallido del conflicto". A este respecto, agregó que durante la Guerra Civil se jugaron "muchas apuestas", por lo que el tema de la memoria histórica "es bastante complicado de recomponer".
Fuente: Huelva Información.
Su libro no está en : www.editorialalmuzara.com.