Conozca los diez libros prohibidos en este imperio borbónico
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Al menos diez libros que afectan a los principales personajes de la partitocracia o de la Historia de España han
sido censurados por los medios de comunicación españoles o por su
“establisment” académico y forman parte del conocido “Índice” que, al
igual que en la época de la Inquisición, rige para las publicaciones
comprometedoras. Cinco siglos después, aquel “Index expurgatorius”
sigue teniendo vigencia y esta es la primera parte de la lista de los
10 proscritos, susceptible de ser ampliada con los testimonios de los
lectores, pero hoy encabezada por varios títulos relacionados con la Casa Real española.
Periodistas de varios medios de comunicación están haciendo llegar a “Espía en el Congreso” sus denuncias por el aumento “considerable” de la “presión” y la “censura” de dirigentes políticos, grandes empresarios y sobre todo de Casa Real para evitar la difusión de investigaciones y denuncias sobre la corrupción de las élites españolas.
La queja se relaciona con las habituales peripecias del rey y la cada
vez mayor cercanía de las elecciones europeas de 2014, así como con las
encuestas que vaticinan la pérdida de 11 millones de votos por parte de
los principales partidos, fundamentalmente PP, PSOE y CiU. De
todo ello informaremos en cuanto podamos documentar estas denuncias,
pero hoy nos detendremos en otro tipo de censura: frente a las
prohibiciones más burdas que los mass media acostumbran a ordenar,
figuran otras que aluden expresamente a determinados libros que, tras el
revuelo que ocasiona su salida, son rápidamente confinados en el
ostracismo para evitar su divulgación y lectura. Estos son algunos de
ellos:
“23-F, el rey y su secreto” de Jesús Palacios (Libros Libres).
La censura hacia este libro la justificaban en el Grupo Prisa con el
calificativo de “extrema derecha” cuando su autor, profesor en la
Universidad Complutense sin militancia política alguna, se limita a
recoger y documentar el testimonio del embajador de EE.UU en Madrid, Terence Todman al que se ha sumado también Lothar Lahn, embajador alemán.
Cada vez surgen más testimonios que acreditan como el golpe de Estado
fue organizado por el rey junto a los principales políticos de la época (Felipe González, Enrique Múgica, Santiago Carrillo, Solé Turá y Manuel Fraga, entre otros) para derrocar a Adolfo Suárez y
formar un “Gobierno de concentración”. Como Suárez no tragaba, para
lograr sus fines aprovecharon el descontento militar, jugaron a dos
bandas con múltiples ambiguedades y después, cuando se les fue de las
manos por la “opereta” del coronel Tejero al ser ésta
retransmitida inesperadamente por una cámara de TVE, se presentaron a la
opinión pública como víctimas.Jugaron con fuego y estuvieron a
punto de chamuscarse, lo que se dejó entrever gracias a una
indiscreción de la reina Sofía sobre los militares golpistas: “El rey
los engañó a todos”.
El conciliábulo de aquella noche en el Congreso, sólo parcialmente escrito, pretendía mantenerse en secreto pero la médico del Congreso, Carmen Echave, escuchó algunos de sus detalles, que también han sido hurtados del relato oficial aunque por fortuna están escritos. Y además Tejero se negó a utilizar el avión que le tenían preparado desde Zarzuela para exiliarse. De
aquel monumental engaño a los españoles, que gozó de la complicidad de
los principales periodistas y políticos de la época que se enriquecieron
con su silencio, surgió uno de los principales mitos de la actual
partitocracia, hoy ya muy deteriorado, de ahi la importancia en censurar este libro.
“Adiós Princesa” de David Rocasolano (Ediciones Akal). Aunque se le ha tildado de “vendetta” del primo de Letizia, lo
cierto es que si prescindimos de los “chascarrillos” rosas y de los
asuntos más privados (el aborto de la princesa es uno de ellos), el
libro arroja suculenta información de primera mano sobre el
funcionamiento cotidiano de la Casa Real, sus protagonistas y el
verdadero carácter de sus personajes, algo que no asoma habitualmente a
la luz pública por falta de testimonios directos. Los fariseísmos y
corrupciones de la Familia Real, de los que informaremos próximamente,
son lo más jugoso de este volumen..
“Gaviotas que ensucian su propio nido” de Illy Nes (Bubok). Que
un dirigente gay del PP como era Carlos Alberto Biendicho desvele las
tripas de la homosexualidad oculta en Génova 13 es algo cuando menos
curioso, pero si además se documentan profusamente las salidas del
armario de su líder, Mariano Rajoy, junto a media docena más de conocidos dirigentes del partido (hombres y mujeres, como Rita Barberá, Miguel Angel Cortés o Luisa Fernanda Rudi) el silencio hacia este libro resulta escamante.
“Un rey golpe a golpe” de Patricia Sverlo. (Ardi Bertza). La biografía mejor documentada de Juan Carlos podía
haber sido un clamoroso éxito de ventas pero los medios de comunicación
se conjuraron para silenciarla todo lo que pudieron, con el argumento
de que había sido ¡editada! por un periodista condenado por terrorismo. Fue una manipulación más: su autora, hoy profesora en Barcelona, tuvo que refugiarse en un pseudónimo para evitar represalias y
solo encontró posibilidad de publicar el libro en el entorno abertzale o
en Francia, lo que la condenaba a no ser leída en España. Si los
ciudadanos leyeran este libro, la monarquía de partidos se disolvería en
nuestro país como un azucarillo, situación que de hecho ya está
ocurriendo porque el libro circula libremente por internet.
“Cisne. Yo fui espía de Franco” de Luis González Mata (Argos Vergara). Si hay algún personaje que merezca la pena en los estertores del franquismo ese esLuis González Mata, uno
de los principales espías de los servicios secretos del régimen, que al
final de su vida se decidió a “cantarlo” todo y publicarlo en un libro.
Infiltrado en la mayor parte de los movimientos antifranquistas, González Matarevela como los rusos vendieron a Franco la información que les proporcionó o robaron a Santiago Carrillo sobre
la infraestructura del PCE en España a cambio de la información que el
dictador tenía sobre los americanos en la negociación de las bases
militares, lo cual pudo costarle la vida a Carrero Blanco por la inacción americana ante su atentado. No
se entiende como la documentación que aporta este libro sobre ese y
otros sucesos no forma parte del acervo histórico de España si no es por
la pervivencia de una censura que alcanza no solo a los vivos sino a
los muertos que puedan poner en tela de juicio el relato histórico de un
régimen que ha sido continuidad del franquismo con la complicidad de
todos los que se llevaron algo en el trasvase.
Concluímos esta reflexión sobre los “libros prohibidos” en España con
otros cinco títulos proscritos: El primero hace referencia al político y banquero Jordi Pujol, ex presidente de Cataluña, que logró erradicar de las librerías el volumen que afloraba las tropelías financieras de su padre,Florenci Pujol,
experto en evasión de capitales y encarcelado por ello. De aquellos
polvos vinieron estos lodos que tan bien manejan sus herederos y que han
gozado durante decenas de años de la misma impunidad judicial en
Cataluña que la que posee el rey Juan Carlos de Borbón en el resto de España. Junto a este libro, una biografía de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, un libro del politólogo republicano Antonio García Trevijano y dos volúmenes heterodoxos sobre Miguel de Cervantes y Cristóbal Colón,
repudiados por el academicismo oficial, completan el vigente “Index
expurgatorius” que, al igual que en tiempos de la Inquisición, aún rige
consciente o inconscientemente en España.
“Jordi Pujol: en nombre de Cataluña” de Félix Martínez y Jordi Oliveres (Ed. Debate). Aunque
gozan de la máxima impunidad, tanto en Cataluña como Madrid, los Pujol
han evadido decenas de millones de euros fuera de España pero ninguno
entrará jamás en la cárcel y ni siquiera será procesado. Dos periodistas
alertaron hace años que el dirigente nacionalista catalán no era trigo
limpio y que le guiaban más afanes financieros que políticos, por muy
bien que disfrazara su discurso y lo envolviera de manera oportunista en
la senyera. Hoy los hechos vienen a darles la razón, pero su libro
sigue estando censurado porque cuestiona la moralidad de una familia que
lleva la corrupción en los genes desde que el patriarca, Florenci Pujol, padre del presidente de la Generalitat y abuelo de los codiciosos nietos, fuera encarcelado por evasión de divisas.
“Florentino Pérez, retrato en blanco y negro de un conseguidor” de Juan Carlos Escudier (Akal). En
España a nadie extraña que solo se permita construir rascacielos en la
Castellana a un solo constructor, o que el palco del Real Madrid se
llene habitualmente de banqueros, políticos, empresarios y periodistas
para organizar un fabuloso tráfico de influencias a costa del
contribuyente. Tampoco que un presidente dilapide cientos de millones de
euros cada temporada y mientras que los clubes exportaron en 2013 por
primera vez 150 millones de euros en jugadores, él solo desequilibró la
balanza de pagos nacional con los 100 millones que ha gastado con Bale. Su poco tino le llevó a pagar 40 millones por Illarramendi cuando tenía gratis a Casemiro en
casa. Pero esto son solo significativas cuestiones futbolísticas de un
presidente derrochador, cuando estamos ante uno de los miembros más
afamados de la “casta”, conocido en el mundo entero por sus tropelías,
despilfarros y negocios siempre al amparo del sector público y el poder.
Este libro lo desenmascara, pero la censura mediática lo condenó a
galeras. No obstante, sus procedimientos intimidatorios, parecidos a los
que usan en el sur de Italia (el periodista José María García asegura que “Floren” intentó comprarlo), le obligan a realizar piruetas cada vez más complicadas que alguna vez lo llevaran a la lona: el homenaje a Raúl o a Del Bosque,
a quienes él mismo expulsó antes del Real Madrid, y la complicidad con
el rey para mejorar su escasa popularidad, revelan que ya solo da golpes
de ciego. Su segunda caída será la más estrepitosa de la partitocracia y
mucho más dolorosa que la primera.
“Teoría Pura de la República” de Antonio García Trevijano. El
viejo pensador y filósofo, referente del republicanismo en España, se
ha convertido en un testigo incómodo de la Transición que ha logrado
sobrevivir a casi todos los que traicionaron las ideas demócratas a la
muerte de Franco: muertosManuel Fraga, Santiago Carrillo, Peces Barba, Solé Turá y Gabriel Cisneros,enfermos Juan Carlos de Borbón y Adolfo Suárez, jubilado y desacreditadoJordi Pujol, escondidos, viviendo del erario público y avergonzados Alfonso Guerra y Herrero de Miñón, enriquecidos y opulentos Felipe González, Miquel Roca, Pérez Llorca y Enrique Múgica…
el abogado García Trevijano los conoció a todos en la intimidad cuando
se trataba de construir un nuevo régimen en España. Por fortuna, dejó
escrita su “Teoría Pura de la República”, donde explica como debería empezar a construir una arquitectura democrática y política en España digna de tal nombre, pero Trevijano sufre
el silencio, cuando no el ataque, de quienes no soportan su decencia
moral e ingobernable espíritu crítico. Esa miopía general y ausencia de
altura de miras impide que progresen aún más sus ideas, ya muy
extendidas entre las capas ilustradas de la sociedad española, aunque ya
es sintomático que su libro de referencia y toda su biblioteca solo pueda leerse en internet.
“Cervantes en Sanabria. Ruta de Don Quijote de la Mancha” de Leandro Rodriguez. El
cervantismo oficial es un próspero negocio en España, aún a costa de
mantener desinformados y en la ignorancia, tanto en espíritu como en la
letra, al emblema del idioma y la cultura española. Al igual que las
élites políticas han secuestrado la democracia, las élites sindicales
han sustituido a los trabajadores y las élites empresariales, bancarias y
financieras han saqueado el país, las élites académicas se han
apropiado de la figura de Cervantes y no soportan discrepancia o heterodoxia alguna en torno suya. Comandan esta partida el filólogo Francisco Rico,
que ha tejido un emporio editorial en torno a su ortodoxia, con
millonarias subvenciones por medio de las que luego se beneficia, y Francisco de la Concha,
actual responsable del Instituto Cervantes y ex director de la Academia
de la Lengua. Fuera de este abrevadero, el cervantismo no oficial
aparca en la riqueza de las relecturas e investigaciones contemporáneas e
independientes y ahí figuran dos nombres excepcionales: Leandro Rodríguez y César Brandariz (“Cervantes
decodificado” o “El hombre que hablaba difícil”). Acreditados
investigadores sólidamente formados pero sin el “plácet” de las
autoridades, sus conclusiones ponen en solfa la imagen que de Cervantes
han transmitido los gobernantes de la cultura española. Sus libros
figuran en lo más alto del “Index expurgatorius” y su sola mención en
los círculos académicos o mediáticos de la cultura oficial suscita el
anatema o el ataque de nervios.
“La geografía secreta de América” de Jacques de Mahieu. Con este libro en torno a otra de las figuras míticas de la cultura española, Cristobal Colón,
ocurre otro tanto. Su autor, acusado al tiempo de
“nacionalista-socialista” o “comunista” (y no sin cierta razón), ha sido
desacreditado por sus adversarios académicos utilizando razones
políticas. Sin embargo, en este volumen sobre el descubrimiento de
América, sólidamente construido y documentado, se contextualiza mejor el
mito de Cristóbal Colón, aunque destruya centenares de
investigaciones y apriorismos en torno a aquel hecho excepcional que
fue la incorporación de un nuevo continente a la Modernidad. El antropólogo Mahieu,
pese a sus ideas y quimeras políticas, introdujo una nueva percepción
histórica sobre el descubrimiento de América que los historiadores
oficiales se empeñan en enterrar y vilipendiar, pero que emerge de
manera cada vez más diáfana y evidente.
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