El ayuntamiento de Sevilla ha tenido la genial idea de plantear una campaña gráfica que pretende ridiculizar a quienes hacen uso de los servicios de prostitución. Hace unos meses conocí a un tipo de unos 60 años, más bien desagradable de ver (según los cánones de belleza preestablecidos) que soportaba con estoicidad las arremetidas de los insultos sociales Este hombre parecía tener serias, digo serias, dificultades para mantener relaciones con mujer alguna y la manera de celebrar la paga de navidad no era otra que buscar a una chica profesional de su gusto, con la que desahogar su exceso de testosterona.
Me pregunto si esta sociedad "perfecta" tiene derecho a menospreciar a tantos ciudadanos que no tienen el aspecto físico o la capacidad anímica e intelectual suficientes como para encontrar a la mujer adecuada (esa que todos queremos, con sus mínimos) y dispuesta a acompañarle durante una hora de la siesta, o en una velada "excitante".
¿Tan poco vales?: creo que el slogan lo habrá inventado alguna mujer que nunca hizo uso de las prostitutas, o un hombre agobiado por aquellas que no cesan en pedirle acompañamiento. Seguro que no ha sido uno de éstos que tiene que soportar los comentarios públicos que comprenden su soledad, porque no habría loca dispuesta a estar con él, pero con el mismo derecho inalienable a disfrutar de los placeres que su cuerpo en comunión con otro pueden aportarle, aunque sea pagando los servicios de una chica-mujer que, por otro lado, de manera libre y voluntaria ha decidido ganarse la vida con el buen uso de su cuerpo.
Otra observación es la similitud con la campaña "La marca machista". Ambas formas de publicitar son deformes, confusas e ingnorantes.
Fuente: Jorge Alejandro.
