15 mayo, 2010

EL HABLA ANDALUZA EN LOS LIBROS DE TEXTO

Imagen: Ideal.

Nota: Se expone para su conocimiento, sólo la sinopsis y una intro por respeto a la autora.

EL HABLA ANDALUZA EN LOS LIBROS
DE TEXTO ESCOLARES

RESUMEN


"El habla andaluza en los libros de texto escolares" es un estudio empírico
que describe el tratamiento que la modalidad lingüística andaluza recibe en los libros de texto escolares (en los niveles de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato) vigentes en Andalucía desde el curso 2000-2001 hasta hoy. El análisis, que ha tratado de ser lo más exhaustivo posible, como muestra el corpus de textos examinados, intenta descubrir si como consecuencia de las transferencias de competencias educativas a Andalucía ha habido algún tipo de planificación lingüística de la modalidad y cómo se plasma eso en los contenidos que se les enseñan a los alumnos y, sobre todo de qué manera se transmiten esos contenidos: si desde una perspectiva ideologizada y subjetiva o si de una manera objetiva, descriptiva y aséptica; si se dejan traslucir o no los nuevos conocimientos que se tienen de las hablas andaluzas, si hay errores o inexactitudes y si se puede o no hablar de un filtro oficial que analice los contenidos que afectan al estudio del andaluz.


1. INTRODUCCIÓN



La cooficialidad del español (recogida en el artículo 3 de la Constitución
Española) con otras lenguas peninsulares en las regiones consideradas históricamente como bilingües, y las repercusiones sociales de la planificación lingüística (en los diferentes procesos de normalización de las llamadas lenguas "propias") llevada a cabo por los distintos estamentos oficiales autonómicos, han suscitado en la conciencia de la sociedad general, incluso de la que vive en zonas no bilingües, un sentimiento lingüístico inusitado en épocas anteriores (inusitado, al menos, en los hablantes de esas zonas monolingües). En este sentido, es una realidad constatable la preocupación social que existe desde hace ya algunos años por numerosas cuestiones sociolingüísticas, de manera que nada de lo que atañe a la lengua española o a sus variedades internas ("que serán objeto de especial respeto y protección", como se dice explícitamente también en la Constitución, art. 3.3.) y a su convivencia con las otras lenguas, le es ajeno a los españoles.

Y es también constatable que esa
preocupación política y social por lo lingüístico tuvo un reflejo automático en la articulación del sistema educativo, no sólo en lo que se refiere a consideraciones estrictamente políticas que afectaron en primer lugar a las comunidades bilingües (como por ejemplo la transferencia de competencias educativas a las llamadas "Autonomías históricas") o de política sociolingüística (en qué lengua había de desarrollarse la enseñanza y cómo ello se debía legislar), sino también en lo que se refiere a cómo afectó esa realidad sociolingüística al modo de estudiar las diferentes lenguas, dialectos y modalidades lingüísticas de España en las materias de Lengua y Literatura.


Fruto de esa presión fue, por ejemplo, la rapidísima desaparición
del sintagma lenguas vernáculas para hablar de catalán, gallego o vasco. Pero también lo fue el que definiciones de fenómenos lingüísticos propios de una modalidad del español como, por ejemplo el ceceo, que reza así en la edición de 19841 de Anaya, de Io: Es fenómeno inverso al seseo. Consiste en pronunciar la s como c, z. De esta manera, los ceceosos dicen meza por mesa, zeñor fsicj por señor. Se trata de un fenómeno andaluz extremadamente plebeyo y absolutamente evitable, se cambiara en la versión de 1991 por el más aséptico Se trata de un fenómeno meridional, que las gentes instruidas procuran evitar. O que, tras las trasferencias en materia de educación a la Junta de Andalucía, hubiera para esta misma etapa de la enseñanza una edición especial de Anaya para Andalucía (1987) con un apéndice final (pp. 325-331) sobre el habla andaluza, obra del profesor J. M. Vaz de Soto.

Pero estos hechos son sólo pequeños detalles que hacen aflorar en
los libros de textos el resultado de un movimiento de inercia sociopolítica de gran calado, cuyos efectos pueden ser analizados hoy desde el relativismo que permite ya el paso del tiempo. En Andalucía, por ejemplo, la articulación del sistema educativo regulado por la LOGSE recoge y desarrolla, dentro de las materias de Lengua Castellana y Literatura, los contenidos del artículo 12.3-2°. del Estatuto de Autonomía en el que se promueve la investigación, difusión y conocimiento de los valores históricos, culturales y lingüísticos del pueblo andaluz en toda su riqueza y variedad1. En este sentido, los diseños curriculares para la reforma educativa de la Enseñanza Secundaria (de 12 a 16 años, ESO, y de 16 a 18 años, Bachillerato), explicitan formalmente que en Andalucía, la enseñanza de la lengua materna debe plantearse desde la norma lingüística propia, para ello el propio discurso del alumno ha de ser el punto de partida y la referencia constante para la tarea didáctica, que debe llevar a los estudiantes a un conocimiento reflexivo del idioma, a la valoración y uso de la modalidad andaluza, a un dominio adecuado del vocabulario y a una utilización creativa de la lengua?.

(...).



Fuente: ELENA MÉNDEZ GARCÍA DE PAREDES
Universidad de Sevilla