Utrera apoya de esta forma las afinidades electivas que Chaves bebe de Rodríguez Zapatero ahora que ese estatuto está por venir. Impresionante intervención de la Asociación de Guardias Civiles. Ji, ji.
El Príncipe de Asturias alentó hoy a los utreranos a seguir avanzando con el resto de España 'hacia el futuro con esperanza, en el marco de estabilidad, convivencia en democracia y progreso que garantiza nuestra Constitución', al ser nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad.
Don Felipe recibió esta mañana el título y la Medalla de Oro de la localidad sevillana de Utrera, cuyos habitantes abarrotaron las calles para recibir al Príncipe, quien respondió a las muestras de afecto estrechando cientos de manos, tanto a la entrada del Ayuntamiento como a la salida del santuario de la Virgen de Consolación, que celebra este año el V aniversario de su llegada a la localidad.El Heredero de la Corona llegó a mediodía de hoy, en su primera vista a Utrera, a la plaza del Altozano y recorrió caminando, saludando y bajo la lluvia sin paraguas los 60 metros que le separaban del Ayuntamiento -en lo que tardó más de media hora- donde tuvo lugar la entrega de las distinciones.Don Felipe estuvo acompañado en su visita a esta localidad andaluza de casi 50.000 habitantes por el presidente de la Junta, Manuel Chaves, la secretaria de Estado de Política Territorial, Ana Leyva, y el alcalde de la localidad, Francisco Jiménez, entre otras autoridades.En el salón de Plenos, donde se le entregó el título y la medalla, el regidor recordó las numerosas visitas reales realizadas a Utrera y se remontó hasta los Reyes Católicos, que estuvieron en la ciudad en 1467. Mencionó también la del Rey Juan Carlos, entonces Príncipe, cuando en 1968 recibió igualmente el título de Hijo Adoptivo.Don Felipe agradeció encarecidamente las distinciones y destacó los avances registrados en la localidad, entre los que mencionó el proyecto de 'Ciudad Digital', que el pasado año fue premiado por revistas especializadas y por el Ministerio de Administraciones Públicas, así como las actividades tradicionales (aceituna o toros), y su riqueza cultural.Antes de abandonar el Ayuntamiento -en donde descubrió una placa como recuerdo de la reinauguración del Salón de Plenos que acaba de ser remodelado- en dirección al Santuario, Don Felipe se reunió en privado con el alcalde y los concejales.Ni siquiera la lluvia que cayó impidió que los utreranos esperaran durante horas en las calles de la localidad, engalanada con banderas españolas y pancartas de bienvenida al Príncipe.Con enseñas nacionales en las manos, los ciudadanos corearon el nombre del Heredero y reclamaron su atención tanto en las calles como cuando salió al balcón de la Casa Consistorial para saludar.Don Felipe se acercó hasta el Santuario de Nuestra Señora de Consolación, en donde le recibió el cardenal-arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, quien dijo que la presencia del Príncipe como peregrino es una muestra más de que la Casa Real está siempre con el pueblo.Allí la lluvia dio un respiro a ciudadanos y visitantes, y nuevamente el Príncipe atendió las peticiones de saludo.Utrera celebra en 2007 el V centenario de la llegada de la Virgen a la ciudad, que se encuentra en el santuario que lleva su nombre, un edificio de estilo mudéjar del siglo XVI, por lo que el Papa Benedicto XVI ha declarado Año Jubilar.
Don Felipe recibió esta mañana el título y la Medalla de Oro de la localidad sevillana de Utrera, cuyos habitantes abarrotaron las calles para recibir al Príncipe, quien respondió a las muestras de afecto estrechando cientos de manos, tanto a la entrada del Ayuntamiento como a la salida del santuario de la Virgen de Consolación, que celebra este año el V aniversario de su llegada a la localidad.El Heredero de la Corona llegó a mediodía de hoy, en su primera vista a Utrera, a la plaza del Altozano y recorrió caminando, saludando y bajo la lluvia sin paraguas los 60 metros que le separaban del Ayuntamiento -en lo que tardó más de media hora- donde tuvo lugar la entrega de las distinciones.Don Felipe estuvo acompañado en su visita a esta localidad andaluza de casi 50.000 habitantes por el presidente de la Junta, Manuel Chaves, la secretaria de Estado de Política Territorial, Ana Leyva, y el alcalde de la localidad, Francisco Jiménez, entre otras autoridades.En el salón de Plenos, donde se le entregó el título y la medalla, el regidor recordó las numerosas visitas reales realizadas a Utrera y se remontó hasta los Reyes Católicos, que estuvieron en la ciudad en 1467. Mencionó también la del Rey Juan Carlos, entonces Príncipe, cuando en 1968 recibió igualmente el título de Hijo Adoptivo.Don Felipe agradeció encarecidamente las distinciones y destacó los avances registrados en la localidad, entre los que mencionó el proyecto de 'Ciudad Digital', que el pasado año fue premiado por revistas especializadas y por el Ministerio de Administraciones Públicas, así como las actividades tradicionales (aceituna o toros), y su riqueza cultural.Antes de abandonar el Ayuntamiento -en donde descubrió una placa como recuerdo de la reinauguración del Salón de Plenos que acaba de ser remodelado- en dirección al Santuario, Don Felipe se reunió en privado con el alcalde y los concejales.Ni siquiera la lluvia que cayó impidió que los utreranos esperaran durante horas en las calles de la localidad, engalanada con banderas españolas y pancartas de bienvenida al Príncipe.Con enseñas nacionales en las manos, los ciudadanos corearon el nombre del Heredero y reclamaron su atención tanto en las calles como cuando salió al balcón de la Casa Consistorial para saludar.Don Felipe se acercó hasta el Santuario de Nuestra Señora de Consolación, en donde le recibió el cardenal-arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, quien dijo que la presencia del Príncipe como peregrino es una muestra más de que la Casa Real está siempre con el pueblo.Allí la lluvia dio un respiro a ciudadanos y visitantes, y nuevamente el Príncipe atendió las peticiones de saludo.Utrera celebra en 2007 el V centenario de la llegada de la Virgen a la ciudad, que se encuentra en el santuario que lleva su nombre, un edificio de estilo mudéjar del siglo XVI, por lo que el Papa Benedicto XVI ha declarado Año Jubilar.